María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Quienes se dedican a la venta de cualquier tipo de productos en los semáforos se han visto afectados durante el último año porque las ventas han disminuido considerablemente, lo que los obliga a pasar más tiempo en las avenidas e incluso hay quienes caminan para tratar de vender.
«Cargadores, forros de volantes, maní» es tan solo una de las frases de quienes están en los semáforos ofreciendo su mercancía para atraer a sus clientes. Cuentan que las ventas están por el piso y ellos se las tienen que ingeniar para poder vender algo al día.
Cuando las ventas están buenas pueden vender tres o más productos, pero a veces pasan hasta tres días y no venden nada. Ante esta situación, no se mantienen en un semáforo, sino que caminan hacia otras zonas para ver si pueden captar algún nuevo comprador.
La mercancía que ofrecen es muy variada. Hay quienes venden accesorios para vehículos como forros para volantes, limpiadores para tapicería. Otros pueden vender frutas como manzanas, durazno, maní y ahora como está la temporada tienen ciruelas.
Aurelio Alvarado siempre está en la avenida Lara, vende mangueras y también ofrece veneno para roedores e insectos, él junto a otros compañeros están pendientes que el semáforo marque la luz roja para caminar entre los carros y ofrecer su mercancía, si corren con suerte venden algo «pero las ventas están bajas, de un año para acá esta difícil».
El horario de su trabajo dependerá de la semana, si es radical es solo medio día, pero en la flexible tienen la oportunidad de trabajar un poco más. Alvarado cuenta que él tiene 25 años en este oficio y nunca había tenido una época tan dura como la que está viviendo. «Es muy difícil, a veces no se vende nada. Buscamos la manera para mantenernos y vamos cambiando la mercancía de vez en cuando, o la fruta que este en la temporada», dijo.
En la avenida Libertador, a la altura de la 42 también hay varios vendedores, está el caso de señor Antonio Montes, quien con su suéter y una gorra tratando de protegerse del sol camina entre los carros para ofrecer su mercancía. Dijo que aunque están duras las ventas, busca la manera para poder llevar algo de comer a su hogar.
Los vendedores cuentan que a veces tiene que hacerle rebajas a los clientes porque no tienen más dinero y ellos lo que intentan es salvar el día. La manera de pago es cualquiera de las modalidades, aceptan divisas, transferencias y pago móvil e incluso hay otros que reciben hasta trueques cuando son productos de la cesta básica, siempre y cuando sea el equivalente de la mercancía.
Hay otros que también piden alguna silla o una mesa y empiezan a vender en los semáforos que antes tenían hasta un puesto.