María B. Jordán | LA PRENSA de Lara – El otro lado de la moneda son las condicionantes a las cuales se tienen que adaptar los usuarios del transporte público. Mientras que a algunos les toca esperar hasta una hora en la parada, hay otros que les toca aguantarse hasta que el transporte público se llene en las noches.
En cualquiera parada de Barquisimeto se puede ver cómo en las horas pico la gente se amontona en las paradas esperando un ruta, bien sea porque van a trabajar bien temprano, o en la tarde cuando deben regresar a sus casas, lo cierto es que en cualquier hora, los guaros pierden unos cuantos minutos por las fallas en el transporte público.& ;
El motivo es por las pocas unidades que tienen las asociaciones de rutas, por lo que los usuarios siguen siendo los más afectados. Carmen Pérez, quien trabaja en una tienda de un centro comercial del oeste dijo que a las seis de la tarde tiene que hacer una larga cola para poder irse a su casa en Ruiz Pineda; la gente se amontona en las paradas debido al poco transporte que hay.
En la mañana es otra historia. «A veces yo duro 40 minutos esperando y uno tiene que tomar esa previsión para no llegar tarde al trabajo, pero no es justo que uno esté pasando por esta situación».
En la parada de la Vargas con 22 que va hacia Cabudare la gente a partir de las siete de la noche tiene que esperar que el ruta se llene, lo que representa un dolor de cabeza para los usuarios porque lo que quieren hacer es llegar a sus casas luego de un largo día de trabajo.
Caso contrario es lo que sucede en horas de la mañana o al mediodía en la misma parada para Cabudare, donde la gente va parada y a veces les toca esperar que pase otra unidad porque no le cabe ni un alma más en cualquier ruta.