Osman Rojas D. | LA PRENSA de Lara – Los trabajadores de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) se cansaron de cobrar salario mínimo. Atrás quedaron los días en los que la industria era conocida como una de las que mejor pagaba en el país, pues en estos momentos sus trabajadores gozan de «sueldos de hambre», cuyo monto es de 40 mil bolívares, además de tener que lidiar con una contratación colectiva que no respetan los patronos.
Oswaldo Méndez, presidente del sindicato de trabajadores de Corpoelec, comenta que en estos momentos el Gobierno nacional no respeta las bases de un contrato firmado en el año 2018 en donde se estipula que el tabulador de la empresa empezaba en 12.5 salarios mínimo. «No es ni siquiera que el acuerdo está en discusión. Es una situación que ya fue aprobada y que no la cancelan», dice Méndez.
El dirigente sindical comenta que, además de los sueldos, la empresa ha dejado de cumplir con al menos 23 acuerdos que beneficiarían a los trabajadores. La cancelación de útiles escolares, la suspensión de becas por productividad o años de servicio y la suspensión de pólizas de seguro para los empleados y los familiares, son algunos de los puntos que no son reconocidos por el Gobierno nacional y que mantiene molestos a los más de 800 empleados que hacen vida en el estado Lara.
«Lo único que estamos pidiendo es que se cumplan los acuerdos firmados el año pasado. Nuestros trabajadores sólo quieren cobrar un sueldo digno«, puntualizaba Méndez quien el día de ayer encabezó la protesta que los trabajadores de la industria eléctrica realizaron frente a la sede de Corpoelec ubicada en la avenida Vargas con carrera 24.
Freddy Graterol, uno de los empleados presentes en la manifestación, dejó ver su descontento por lo que considera «un sueldo de hambre» y asegura que, con lo que gana en una quincena, no puede ni comprar una harina. «La gente está renunciando y es lo que queremos evitar», dijo.
El tema del salario no fue lo único denunciado por los empleados ayer, pues los trabajadores comentan que la flota de vehículos está paralizada casi que en su totalidad y es que, de los 612 carros que había disponibles hace un par de años, ahora cuando mucho funcionan unos 40.