Isabella Delgado | LA PRENSA.- Momentos de tensión se vivieron en la escuela Rastrojitos durante la mañana de ayer, tras el traslado de siete docentes y la fusión de 12 grupos de chamos entre primero y sexto grado en solo 6 secciones, una por grado.
Los padres conocieron la noticia del traslado de los docentes cuando llegaron a las 7:00 de la mañana a dejar a sus chamos, cuenta Alba Rondón, una de las representantes. Los más de 150 alumnos de las 6 secciones que se quedaron sin docente, y que fueron fusionadas, quedaron en el aire. “En la puerta nos dijeron que nos los teníamos que llevar”, asegura Rondón.
La noticia despertó la indignación entre los padres y representantes, quienes se fueron hasta la carretera Barquisimeto – Duaca y trancaron la vía en rechazo a la medida, desde las 9:30 hasta las 11:00 de la mañana, cuando llegó la Guardia Nacional y los obligó a despejar la vía.
Con la molestia intacta, se fueron a la escuela, en donde se realizó una asamblea con presencia de una funcionaria de la Zona Educativa y el supervisor de zona. “Después que nos dijeron que sí iban a trasladar, llega el supervisor y nos dice que él no tiene conocimientos de ningún cambio”, aseguró Angela Rivera, una de las representantes.
La presencia del equipo de La Prensa elevó la tensión en la escuela. Los funcionarios de la Zona Educativa aseguraron que los reporteros no podían estar en la escuela, pero la comunidad exigió la cobertura de la asamblea, lo que dio paso a una acalorada discusión y a la suspensión del diálogo.
La escuela de Rastrojitos es una de las instituciones en las que la Zona Educativa designó una nueva directiva para este año escolar. La comunidad rechazó el cambio por tener sesgo político oficialista. Los representantes manifestaron ayer su preocupación por el destino de sus niños, pues con la fusión la matrícula de los salones superará los 35 alumnos y, en algunos casos, puede alcanzar los 40 alumnos.
Aseguraron que les sugirieron buscar cupos en las escuelas de San Lorenzo, Los Tulipanes y Libertador porque no quedarán suficientes cupos para toda la población estudiantil. “No es posible que el ministerio se acuerde de la escuela sólo para afectarnos. ¿Cómo no vienen a arreglar los techos, los baños que están colapsados, a arreglar las paredes?”, cuestionó una de las docentes.
Entre el alboroto, los niños también manifestaron su descontento. “Estamos cansados. Deben fijarse que el techo tiene huecos y cuando llueve me mojó, y se me moja el cuaderno y el bolso”, dijo una niña de 9 años.
“Yo veo clases sentada en el piso, y como en el piso también porque no hay sillas en el comedor, ni pupitres”, dijo otra niña
de 11 años.