Luis Montes de Oca | LA PRENSA.- Las personas que deben circular por la autopista Barquisimeto – Acarigua corren el riesgo de ser víctimas de los constantes atracos que ocurren en esta principal vía y muchos lo piensan dos veces antes de viajar.
Quedarse accidentado es algo que nadie quiere vivir en esta peligrosa autopista. Mariana González, quien viajaba con su esposo y sus dos hijos desde el estado Barinas con destino a Barquisimeto, narró que se detuvieron a las 8:00 de la noche en el punto de control vial en la entrada a la población de Sarare, porque el carro tenía una falla mecánica. Luego decidieron seguir su camino y después de haber andado unos 10 minutos el vehículo se apagó. El esposo hizo la revisión y se percató que le hacía falta gasolina.
Comenta la mujer que su marido comenzó a pedir ayuda a los demás carros que pasaban por la carretera, pero ninguno se detenía por temor. El hombre decidió ir a una casa que se veía desde la carretera para pedir una garrafa de gasolina, dejando a la dama sola con sus hijos. Comenta que tuvo que lanzarse al monte para resguarda sus vidas. “Estuve todo el tiempo rogándole a Dios que no nos pasará nada todo estaba muy oscuro, los carros no respetaron ni la señalización que mi esposo colocó tuve que hacer esto porque esta vía es muy peligrosa”, manifestó González.
Este tipo de maniobras son las que deben hacer quienes se quedan varados en la vía para no convertirse en víctimas, ya que de dos a seis vehículos son afectados diariamente recibiendo daños en sus vidrios y carrocería con el objetivo que se detengan para despojarlos de sus pertenencias.
Cinco son los puntos más críticos donde los delincuentes acostumbran a lanzar piedras, cauchos, poner “miguelitos” y escombros para que las personas queden atrapadas en medio de la peligrosa vía.
A la altura de El Piñal, poblado del municipio Simón Planas, los ataques a camiones, busetas y carros particulares son comunes luego de las 9:00 de la noche. Otro de los tramos de mayor peligro en la carretera es el caserío Gamelotal a 5,75 kilómetros de Sarare donde las piedras son el principal objeto para detener a los vehículos.
Según fuentes policiales, los “miguelitos” son colocados con mayor frecuencia en El Milagro, poblado que pertenece a Sarare, son puestos dentro de frutas y hortalizas para despistar a los conductores. La Tronadora, cerca de la estación de servicios Los Mangos, es un punto fijo de la carretera donde los maleantes
aprovechan de hacer de las suyas con los camiones que transportan alimentos, debido a que son los más atracados en la zona.
Santiago Daza, conductor que diariamente viaja por esta autopista, asegura que en la entrada y salida de La Miel también se mantienen alerta. Cuenta que hace un mes, saliendo de la población, se paró a cambiar un caucho y lo despojaron de todas sus pertenencias “uno no se puede quedar accidentado por esta vía porque llegan y lo roban, no me llevaron la carga porque tenía era arena” afirmó.
Los constantes robos y atracos no son los únicos problemas que tienen que enfrentar quienes viajan por esta vía, también la infraestructura vial se encuentra en total deterioro. En un tramo de la carretera específicamente desde Estadio Metropolitano hasta la entrada del Fuerte Terepaima existe un desvío que no posee señalización y de noche quienes no conocen la vía deben frenar sus carros lo más que pueden, para no colisionar con los muros de la construcción.
Los hundimientos en la carretera, la falta de alumbrado y las bocas de visita sin tapa; representan una preocupación para quienes transitan por la autopista. “Hace falta más rehabilitación en las orillas de la carretera y en los puentes, nosotros pedimos que coloquen ojos de gato porque de noche no se ve casi nada” mencionó José Velázquez quien transporta maíz en su camión.
Comerciantes de las zonas aledañas a la autopista, aseguran que ellos se han visto en la necesidad de colocar por su propia cuenta reflectores y lámparas en las afueras de sus negocios, porque de noche “es muy oscuro y ningún poste de alumbrado sirve”.