Cristina Linárez | LA PRENSA.- El presidente de la Asociación de Caficultores de Venezuela, Maximiliano Pérez asegura que la alerta sobre las consecuencias que trae el calentamiento global para la producción de café en América Latina, también es culpa de los productores.
“Nosotros mismos hemos afectado al ambiente. El 91 por ciento de las fincas cafetaleras están ubicadas en las nacientes de aguas, afectando a 36 cuencas hidrográficas en el país, tierras no aptas para la siembra, generando un ecocidio”.
Esto lo expresó Pérez, basándose en un estudio publicado por la Universidad de Vermont, donde se refleja que el calentamiento global amenaza las zonas más favorables para el cultivo de café. Podrían verse reducidas en 90 % desde la actualidad hasta el 2050.
Sin embargo, Pérez agrega que a esto se le suma la escasez de insumos para mantener las siembras, en especial de agroquímicos para el hongo en las tierras.
Y dice que ante esto en el país no se produce ni el 6 % de lo que se producía en el año 1998, que la producción era de 9 mil quintales. “Ahora no llegamos ni a 200 mil quintales”, precisó.
Antes se exportaban 600 mil quintales al mes, pero en la actualidad en el país reina la importación, y el 94 por ciento del café que se consume en Venezuela es traído de otros países, según el sindicato de Café Venezuela.
El estudio publicado por la Universidad de Vermont identifica un calentamiento moderado o elevado (más de 2 grados centígrados), aparte de reducir la producción de granos, existencia de abejas y arbustos.