Osman Rojas | LA PRENSA.- Lo que empezó siendo una alternativa para los enfermos en Venezuela terminó convirtiéndose en un dolor de cabeza. Las misiones de salud que por el año 2000 fueron anunciadas con bombos y platillos por el difunto presidente Chávez se han ido quedando en el tiempo al punto de convertirse en programas sociales que no terminan de dar respuesta a los necesitados.
Según el Observatorio Venezolano de la Salud, en el país hay 8 millones de personas que esperan por una cirugía ambulatoria. La mayoría de estos enfermos han salido de las consultas de Barrio Adentro y CDI.
“De la Misión Milagro o Misión Sonrisa sólo se acuerdan las paredes que fueron rayadas con propagandas. Las operaciones desaparecieron y ahora los programas son sólo para diagnosticar”, dijo Jesús Guarecuco, jefe de la Sociedad de Médicos Internos y Residentes del Hospital Central (Somir).
Guarecuco ejemplifica la decadencia de las grandes misiones con el Antonio María Pineda. El residente de Cirugía aseguró que, hace tres años, el Servicio de Oftalmología operaba unos 50 pacientes por mes, ahora mismo el número de intervenciones oculares se reduce a cero.
“Lara pasó a ser un estado de confesa oposición y los recursos también dejaron de llegar. Además de eso los equipos se fueron dañando y nadie se preocupó por repararlos. La misiones desaparecieron y eso ha traído graves consecuencias a un sistema público que luce colapsado”, concluyó.
René Rivas, vicepresidente del Colegio de Médicos en Lara, compartió la opinión de Guarecuco y dijo que el Gobierno nacional fracasó en materia de salud. “Nos convertimos en un país que se preocupa por curar y no por prevenir. Los programas del Gobierno no tienen el impacto que deberían y nuestros enfermos siguen reventados en el sistema tradicional. La deuda quirúrgica es muy grande y eso no se va a solventar con operativos.
Aquí hay que rescatar el sistema de salud que está por el piso”, sentenció. La doctora Linda Amaro, viceministra de Salud y directora regional, considera que el hecho de convertir las misiones en programas no es sinónimo de fracaso sino todo lo contrario.
“Los programas sociales demuestran que la revolución se ha consolidado. El pueblo tiene acceso a la salud gratuita ahora mismo”, finalizó.