Ana Uzcátegui | LA PRENSA de Lara.- Las fallas en el servicio de agua potable se han convertido en el principal dolor de cabeza de los Barquisimetanos. Desde que inició el año el racionamiento se ha extremado, al punto que hay comunidades que en seis meses no han recibido una gota por el grifo. Según el vicepresidente del Colegio de Ingenieros en Lara, Julio Gutiérrez, Iribarren registra un déficit de agua potable de 1.280 litros por segundo (lps), lo que representa que cerca de 435 mil personas se quedan sin agua por el colapso que hay en el sistema de distribución. Falta de inversión, mantenimiento, y políticas acertadas de Hidrolara, son las principales causas del problema.
Jorge Campo, habitante de El Manzano, contó que su vida es una calamidad, porque desde diciembre lo que sale por sus tuberías es aire. Diaramente su hijo y él caminan cargando con dos botellones de ocho litros cada uno hasta la Estación de Hidrolara en Macuto, donde los pueden llenar. «Es un trayecto como de dos horas, sorteando lo peligrosa de la zona porque por ahí roban mucho. Esos 16 litros hay que rendirlos para cocinar y bañarnos mi mujer, mis dos hijos y yo, cada uno con un perolito», relató, aunque la Organización Mundial de la Salud recomienda que cada persona debe contar con 250 litros de agua diaramente para suplir necesidades básicas como aseo personal, lavar y preparar alimentos.
Julio Gutiérrez explicó que las fallas inician en el embalse Dos Cerritos ubicado en el municipio Moran. Las lluvias han tardado en caer, y eso ha hecho que la cantidad de agua que tiene no llegue a su cota optima que son 667 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m) «Hasta mayo registraba una cota de 661 de m.s.n.m, la más baja con la que se puede bombear», resaltó el experto.
Desde el lugar se impulsan 4.100 litros de agua por segundo. «En Dos cerritos hay cinco motores pero funcionan tres a menos del 70% de su capacidad. Datan del año 1976, han sido reconstruidos varias veces y con el tiempo han perdido potencia», resaltó. Unos 750 lps son destinados a riego en las zonas agrícolas, y los 3350 litros restantes son enviados a la Planta de Tratamiento Ciudad Barquisimeto en Quíbor, uno de los motores del lugar también está fuera de servicio.
«A través del Sistema Alto Tocuyo, distribuyen agua a la capital de Moran (350 lps), a Jiménez (300 lps) y al 80% de la población de Iribarren que se ubica en el oeste, deberían llegar 2.700 lps al oeste de Barquisimeto, pero la realidad es que llegan alrededor de 1.550 litros de agua por segundo, hay una cantidad impresionante que se pierde por las filtraciones que tienen los 55 kilómetros de tubería desde Quíbor hasta El Tostao donde está la estación de Hidrolara», indicó.
A esto se le suma las tomas clandestinas que de manera anárquica realizan para invernaderos y por la cantidad de invasiones que se han formado alrededor del tubo matriz. «Entre filtraciones y tomas clandestinas se pierden 650 lps en el trayecto, esto desangra a la población», alertó.
Sin control
Gutiérrez también indicó que desde 2002 en Lara la cantidad de agua disponible es insuficiente para abastecer a toda la población. De un millón 250 mil habitantes aproximadamente que tiene Iribarren, tan sólo el 43% recibe agua por tubería diariamente, unas 527 mil personas. «Hidrolara se vio en la necesidad de aplicar racionamientos. En ese año eran 25 maniobras diarias de acuerdo a un cronograma de distribución que se informaba a las comunidades, en la actualidad las maniobras se han multiplicado a 276 al día, y nadie se entera ni la fecha ni la hora en que las van a aplicar. Hay una gran negligencia por parte de Hidrolara, las inversiones se han dejado de hacer oportunamente y la institución que se ha politizado», denunció.
«El populismo avasalló a la meritocracia en Hidrolara, ahora las maniobras están a cargo de los consejos comunales, la Gobernación se las entregó, han dañado válvulas porque no son personal técnico. Aunado a eso los ingenieros y el personal capacitado de la hidrológica ha abandonado sus puestos de trabajo por los bajos salarios, la hidrológica está sumergida en la desinversión», comentó.
Sin fuentes alternas
Julio Gutiérrez también explicó que el 20% de agua potable que requiere Iribarren es generado mediante la batería de pozos que hay en Titicare, Macuto y Carabalí, que cubren las necesidades de algunas comunidades del oeste como La Carucieña, Garabatal y El Encanto, Los Cerrajones, todo el centro de la ciudad y la zona este respectivamente.
«Los motores de estas fuentes acuíferas alternas también están fallando, muchos han salido de servicio, por eso a las comunidades no les llega al agua o lo hacen con muy poca fuerza que a la mayoría no les permite llenar sus tanques», precisó.
Las filtraciones que presentan la red de tuberías también es una punta de tranca. «Barquisimeto es un colador, basta fijarnos la cantidad de botes de agua que tienen las calles. Hay una obsolescencia en los 1.900 kilómetros de acueducto que tiene Iribarren, porque datan desde hace 46 años, eso contribuye con la poca presión de agua que reciben los hogares», aseguró.
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