A pesar de no ser el estado con la mayor diversidad de aves endémicas, Lara se consolida como un punto de tránsito crucial para la conservación de estas especies en Venezuela. De las 48 aves endémicas que se ha totalizado en el país, 11 utilizan el territorio larense como un atajo estratégico en su viaje desde los Andes hacia la Cordillera de la Costa, donde continúan su recorrido por el territorio nacional.
Jhoana Rivero, representante de la ONG Avezona en Lara, explica que la proximidad del estado con las cordilleras tanto de la costa como de los andes lo convierte en una ruta de paso natural para estas aves. Aunque su observación es poco frecuente, su presencia es un indicador de la importancia del estado para la preservación de la biodiversidad venezolana.
«Las especies avistadas en los parques nacionales como el Terepaima, Yacambú, Dinira y Cerro Saroche, así como también el semiárido larense y en menor medida en la zona metropolitana de Barquisimeto-Cabudare, incluyen al colibrí inca verde, el alirrufo, el esmeralda coliverde, la polluela venezolana y el perico cola roja. Otras especies notables que transitan por el estado son el tororoí excelso, el frutero hermoso, el mosquerito de Venezuela, el pitajo cejirrojo y la candelita frentiblanca», señaló Rivero.


El especialista en aves, Oscar Riera, señala que aunque el esmeralda coliverde y el titirijí de Maracaibo son las especies con mayor número de avistamientos, estas aves tienen preferencias de hábitats específicas. Por ejemplo, el titirijí de Maracaibo, a pesar de su nombre, se puede observar en algunas zonas del municipio Torres, como Carora o el pueblo de Arenales. Mientras que el esmeralda coliverde es más común en lugares como el Parque Nacional Yacambú, en Sanare.
Además de la gran variedad de aves que surcan los cielos de Lara, las especies endémicas propias del estado también forman parte de este grupo selecto. El cardenalito, la cotorra cabeza amarilla y el curtío del Tocuyo son prueba de ello. Los especialistas explican que el cardenalito se ha avistado en zonas rurales y montañosas como el Parque Nacional Terepaima y Sanare, lo que sugiere una estabilización de sus poblaciones silvestres. Por su parte, la cotorra mantiene su corredor aéreo activo, mientras que el curtío ha logrado establecer su población en la cuenca del río Tocuyo.
Riesgos para la población de aves endémicas
Lamentablemente, las poblaciones de estas aves en vida silvestre han disminuido considerablemente, situación que se agrava en las zonas urbanas de la entidad.
Este problema no es exclusivo de Lara, ya que estudios recientes de la Universidad Central de Venezuela (UCV) abordados en el seminario de ecología del 2024 y el programa de educación ambiental de la Universidad de Los Andes (ULA), han documentado un descenso en las poblaciones de aves endémicas a nivel nacional, señalando que al menos un tercio de las especies se encuentran en algún grado de peligro de extinción, principalmente por la pérdida de hábitat y la caza indiscriminada para la comercialización.


En el festival de aves endémicas del Caribe, evento que se lleva a cabo una vez al año entre abril y mayo, en diversos países caribeños, ha abordado la preservación de estas especies considerándolo un tema de suma importancia, siendo una iniciativa que busca crear conciencia sobre la necesidad de proteger el ambiente de la acción humana. La conservación de las aves endémicas es crucial para mantener el equilibrio de los ecosistemas, ya que estas especies cumplen un rol vital en la polinización y dispersión de semillas, lo cual es fundamental para la salud de los bosques.
La labor de organizaciones ambientalistas y especialistas, junto con la educación de la población, se cree sea esencial para asegurar que el cielo larense continúe siendo una ruta segura para el desplazamiento de estas aves hacia otras regiones del territorio venezolano.