Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- «¡No, ese laboratorio tiene tiiiiiiempo cerrado!, averigüe al frente», es la respuesta de algunos porteros de centros asistenciales públicos, con pacientes que tienen su lista de exámenes en mano, pues remiten en automático hacia centros privados adyacentes, al tener varios meses y hasta años sin funcionar. Una radiografía de ese 90% de los laboratorios inoperativos en Lara, que señala Elena Torres, presidenta del Colegio de Bioanalistas, ante la falta de dotación y déficit de personal por sueldos que no superan los 15 millones de bolívares mensuales.
El recorrido del equipo de La Prensa confirmó esa realidad en centros del Seguro Social como hospital Pastor Oropeza, ambulatorio Rafael Vicente Andrade que luego de subir 42 escalones hasta el segundo piso se confirma a puerta cerrada y el Juan Daza Pereira solo atiende con exámenes de orina y heces gratis, pero solo un día a la semana y el mismo varía dependiendo de la disponibilidad del único bioanalista activo.
Esto lo acompañan las quejas de los familiares de pacientes recluidos en el hospital central Antonio María Pineda, quienes realizan exámenes tan sencillos como hematología completa en centros privados. Unas condiciones rechazadas por Torres al recordar que contaba con 9 bioanalistas para emergencia y 12 de rutina en un horario de 7:00 a.m. a 1:00 p.m.
«La situación desde 2012 fue de carencia de insumos principalmente con tubos para tomar muestras y reactivos», resalta y lamenta que han desaparecido de la red ambulatoria I, II y III. Una coyuntura que perjudica directamente a los sectores populares, por ser los centros más cercanos en las comunidades.
Se queja de la falta de interés del gobierno, frente a laboratorios sin bioanalistas, ni dotación de tubos para muestras, reactivos y hasta agua destilada. La mayoría del personal está jubilado y otra gran mayoría de reposo. Todo teniendo como principal falla, al falta de reactivos que según Torres- empezó a acentuarse cuando se perdió una coordinación regional, con su respectiva partida de recursos para todos los laboratorios. «Antes se buscaban alianzas con privados para mantener los servicios y al parecer, solo se ha quedado en convenios chinos para ciertas emergencias», rezongó.
Una cadena señalada por Torres que termina en desenlace ante la preparación de los nuevos profesionales de esta área, quienes también padecen por las limitaciones de las prácticas y así garantizar el resultado de pruebas tan sencillas, como una hematología completa.
Termina en otra preocupación para los pacientes, quienes tendrían un alivio al ahorrarse esa lista que puede empezar por $ 20 para los exámenes básicos, con opciones un poco más accesibles en centros semi privados, tales como el ambulatorio del Sur con precios que pueden ascender a Bs 12 millones, mientras en Ascardio suele agrupar un número de exámenes como hematología completa, urea, creatinina, orina, heces, colesterol y triglicéridos en $ 10,85. Ambos toman o reciben las muestras en horas de la mañana, por orden de llegada y de lunes a viernes.
Se trata de un maratón, con familiares o los mismos pacientes averiguando en centros públicos y se encuentran con laboratorios cerrados, que eran una opción para agilizar los diagnósticos o chequeos. Esta opción permitía ahorrar gastos, ante la posibilidad de otros exámenes más especializados y la inevitable compra del medicamentos.