Jennifer Orozco | La Prensa.- Los habitantes de Ruiz Pineda I que salen a diario a trabajar, cuentan que si les toca un turno en la tarde, prefieren salir antes de las 10:00 de la mañana del sector y esperar en casas de familiares una hora más cercana para llegar a sus trabajos. Después de mediodía el sector al oeste de Barquisimeto se convierte en una guillotina, pues los choros andan al acecho y no perdonan a mujeres, jóvenes ni ancianos.
Unas mujeres paradas en la vereda 5 con calle 3 cuentan que para agarrar ruta es mejor en la mañana, lo más cerca posible de la avenida que es donde hay más gente. “Los choros llegan en moto, a pie, en bicicleta y andan armados”, aseveran.
A plena luz del día los hampones sacan su pistola o revolver, entrompan al que se encuentre en la calle y piden sus objetos de valor. “Si no les das nada, te revisan el cuerpo completo y si no cargas teléfono o dinero te pueden golpear”, comenta una muchacha.
Ya a las 11:30 am las calles de Ruiz Pineda parecen un desierto, no se escucha ni un silbido y así permanecen hasta la mañana siguiente que la gente vuelve a salir de sus casas. Pero el hampa si no atraca en la calle, se mete para las viviendas.
Toc, toc, toc” se le toca la puerta a una señora que fue víctima de un robo residencial en la vereda 7 con calle 2 de Ruiz Pineda I. Ella, con la ventana entreabierta dice “aquí si robaron” y comienza a contar su historia, a pesar de no mostrar la cara.
Apenas con los ojos asomados, la señora narra que ella la semana pasada salió a trabajar a las 7:00 de la mañana, con la cartera y el celular bien guardados en sus partes íntimas, por temor a un robo en la calle. Pero los choros se le metieron a su residencia. Cuando llegó de su trabajo a las 4:00 de la tarde, se dio cuenta que le habían llevado enseres bastante costosos.
Del garaje se robaron un caucho de repuesto casi nuevo que tenía mi marido. De la casa agarraron comida de la nevera y de las gavetas. Un equipo de sonido, cuadros, un televisor, ropa, el teléfono que era inalámbrico y hasta mi máquina de coser”.
La señora asegura que son cosas que ni trabajando 10 años más podrá recuperar.