Víctor Rodríguez | LA PRENSA DE LARA – La comunidad del barrio Los Ángeles vivió horas de pánico debido a las fuertes lluvias del fin de semana. El agua se metió a las casas y los vecinos tuvieron que apoyarse unos con otros para sacar el agua a punta de tobos.
A eso de las 7:00 de la noche del viernes, habitantes de la comunidad se alarmaron porque el nivel del agua de la calle estaba subiendo hasta superar la acera, debido a que estaba lloviendo desde mediodía. Cuando vieron que se les estaban inundando algunas viviendas, optaron por abrir huecos en las paredes para que el agua saliera.
«Fue una noche terrible por toda el agua que cayó. Esto es cada vez que llueve, pero esta vez fue más alarmante. Gracias a Dios no hubo daños materiales, pero el susto de que siga lloviendo y que la cosa sea peor todavía sigue», manifestó Andrés Peña, quien tuvo que pasar buena parte de la noche sacando agua con peroles.
El sábado los vecinos tomaron sus palas y carretillas para remover hasta cinco centímetros de una capa de tierra que tapaba el pavimento, como medida preventiva ante la amenaza de más lluvias en las próximas horas. Piden el apoyo del gobierno regional para que les lleven una maquinaria que pueda remover la tierra que baja desde otros sectores.
Causó estragos
La lluvia también afectó otros sitios, tanto del municipio Iribarren como del municipio Urdaneta.
Otros sectores del oeste, como Tierra Prometida y Villa Productiva también sintieron el temor de perder sus viviendas, pues el agua entró a medianoche del sábado y tuvieron que sacar sus tobos para no anegarse. Caseríos de Bobare, como El Potrero y Charco Largo sufrieron mientras se les desbordaba la quebrada que hizo correr a más de uno con el miedo de verse hundidos en el agua.
En Cují- Tamaca también hubo fuertes las precipitaciones.