Evana Materán | LA PRENSA.- Las ventas de flores van en picada. El silencio es el único acompañante de los vendedores. Durante horas esperan la llegada de clientes para que compren algunos ramitos de flores que salven la jornada laboral.
En la entrada del Cementerio Nuevo, al oeste de Barquisimeto durante los días de semana se mantienen cerrados tres de los seis locales que desde hace más de 30 años eran un punto para la venta de flores. Los pocos clientes los obligan a trabajar sólo durante el sábado y el domingo.
Sentada en un rincón, la señora Coromoto Piñero expresó su tristeza por los días malos. En unas repisas acumulaba más de 20 tobos vacíos que antes se desbordaban con diferentes tipos de flores. Este año no ha podido surtir su negocio por no tener ganancias.
Las personas que visitan las tumbas ya no llevan muchas flores porque no les alcanza el dinero. Aseguró que se las han ingeniado para lograr algunas ventas. Arman pequeños ramos de flores a un precio de Bs. 1000 para que los clientes no salgan con las manos vacías.
Sin embargo, el panorama no es favorecedor para los comerciantes. A pesar de ser una fecha en donde las personas van a visitar a sus seres queridos al cementerio, los vendedores no tienen esperanzas de mejorar sus ganancias por la falta de efectivo en las calles y las fallas con los puntos de venta.