Agatha Reyes | LA PRENSA.- La candidatura de Henri Falcón a la presidencia ha desatado la polémica en el seno político venezolano que aún no termina visualizar en qué bando se encuentra el exgobernador de Lara.
El postular su nombre en solitario y respaldado por partidos minoritarios como Copei, el MAS y Avanzada progresista ha llevado a que analistas y el mismo pueblo lo comparen con un “Caballo de Troya”, del cual se desconoce a quién lleva por dentro por su historial político e ideológico.
Su transitar por los diferentes partidos de gobierno desde que era Movimiento Revolucionario 200 hasta su paso y deslinde del PSUV, en el 2010 para enfilarse como un “chavista light” y sonreirle a las filas de oposición que hoy considera como el “político rebelde” que se ha autoexcluido de la coalición al no seguir las líneas de la unidad.
Falcón fue cuestionado incluso por su propio mentor Hugo Chávez quien en 2010 dijo que “Aquí no hay lugar para medias tintas, o están con la revolución o están contra la revolución, no se puede estar bien al mismo tiempo con Dios y con el diablo, adiós gobernador, que le vaya bien”, cuando Falcón decidió apartarse del camino oficialista para fundar su propia organización que pasaría a ser parte de la oposición.
Su transitar en la oposición ha sido puesto en duda hasta el punto de ser tildado de “colaborar con el gobierno” por no mantener una posición firme contra quienes permanecen en el poder, siendo la gota que rebaso el vaso la firma de un acuerdo de respeto de resultados electorales de la contienda del 20-M, además la famosa frase dicha por el exgobernador opositor ha sido un fantasma en su carrera política, pues en 2008 dijo: “Lo digo de manera categórica: jamás seré el candidato de los partidos opositores en Lara” y cinco años después fue electo gobernador con el respaldo de la oposición.
Ahora intenta convertirse en presidente de Venezuela enfrentando a quien lo ha llamado “mi amigo personal, siempre hablamos” Nicolás Maduro, sin el aval de la Mesa de la Unidad, lo que politólogos consideran es una vía que lo lleva a “sepultar su carrera política”, pues el voto duro permanece del lado de la MUD, quienes no dan su brazo a torcer en rechazar cualquier elección que no este acompañada de cambios en el CNE.
Para el politólogo Luis Salamanca, Falcón quien se autodefine como “el candidato de la prosperidad y la salvación del país” está sirviendo más al gobierno que a la misma oposición. A su juicio desde el oficialismo necesitan de un pieza para hacerle creer a la comunidad internacional que se desarrolla un proceso democrático, sin embargo, aclara que al no tener el respaldo de la coalición no es un candidato que ofrezca todo lo que el gobierno necesita “el podrá enfrentar al oficialismo que tiene el control de las instituciones incluyendo al poder electoral, pero los resultados no serán favorables”.
Pedro González, comparte la tesis de Salamanca y dice que “Falcón ha pasado a jugar el juego del gobierno sin tener posibilidades”, no representa a la oposición, sino al gobierno.
Aunque los análisis entorno al contrincante de Maduro van en aumento, el politólogo Jhon Magdaleno, manifiesta que el juego del gobierno se basó en inhabilitar y sacar del esquema electoral a todo aquel que representase una amenaza a su continuidad, señalando casos como el de Leopoldo López, Enrique Capriles y la Tarjeta de la MUD lo que considera pudo conducir la candidatura de Falcón, sin embargo, precisa que hacerlo solo se convierte más en un error político.