María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Los pasillos y salones de las instituciones educativas en Barquisimeto han pasado de ser áreas para el estudio y esparcimiento de los niñ;os y adolescentes, a ser espacios para almacenar agua ante la falta del servicio por tubería. Al entrar a las escuelas y liceos lo primero que recibe a los estudiantes son las pipas y tanques, con las que directivos y docentes logran solventar la falla.
En la escuela Niñ;os Libertadores, en el barrio Libertadores, al oeste de la ciudad, quedaron sin tuberías tras ser víctimas de un hurto. Para que los 253 estudiantes vayan al bañ;o, el personal obrero adecúe los espacios y se logre cocinar el agua está almacenada en una pipa dentro de un salón de clases, pues temen que nuevamente los amigos de lo ajeno entren a la institución y se lo lleven. «Tenemos que solventar y evitar que se lleven los tanques», dijo Lucía Colmenárez, directora de la institución.
La situación no es distinta en la escuela Luis Beltrán Prieto, ubicada en El Paraíso, al oeste de Barquisimeto. Por los grifos sólo sale aire, al personal también le toca recurrir a las pipas y bidones para garantizarles el servicio a los 300 niñ;os que se atienden entre preescolar y sexto grado, más ahora que deben exhortar con mayor fuerza al cumplimiento de las medidas de bioseguridad contra el covid, entre las que resalta el constante lavado de manos.
En la escuela les toca cargar los pesados tobos para poder limpiar y bajar los bañ;os.
Docentes y demás personal de las escuelas exigen a las autoridades regionales que solventen la falla en el servicio, pues aunque les envían camiones cisternas cada 15 días, el movilizar los tobos de un lado a otro ya se les ha convertido en una carga difícil de llevar.
En escuelas Fe y Alegría la falta de presión de agua no permitía que los tanques se llenaran por completo, por lo que se vieron obligados a comprar camiones cisternas con costos que oscilaban los 35 y 40 dólares a la semana para poder garantizar el servicio a cerca de mil estudiantes.