Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Un verdadero trajín viven los pacientes diabéticos quienes cada día se enfrentan a la muerte al no poder cumplir con tratamientos médicos ni la dieta estricta debido a los altos precios, para lo cual se requiere de al menos 6 millones de bolívares mensual.
Un fármaco para controlar la diabetes puede alcanzar los 3 millones de bolívares, cuyo tratamiento alcanza para un mes, mientras el salario mínimo es de 400 mil bolívares. Omar Álvarez, titular del Colegio Farmacéutico de Lara, resalta que el paciente se debate entre no conseguir la medicina o estrellarse con un precios exorbitantes. Critica que no existe un sólido programa social para estos pacientes que podrían vivir con calidad de vida.
Al alto costo de las medicinas se suman los también altísimos precios de los alimentos que un paciente con azúcar alta puede consumir. La dieta que apenas pueda incluir lentejas, pollo, carne, arroz, ricota, zanahoria, papa y huevos es inalcanzable para quienes tienen la prioridad de la medicina. La internista Isabel Vásquez resalta lo importante de cumplir con la alimentación adecuada para mantener estables los niveles de azúcar en la sangre que además debe complementarse con la medicina.
Vivir el drama
Los testimonios tocan la fibra humana. Susana Mujica lidia con la diabetes desde adolescente. Tiene 25 años padeciendo, al extremo que la escasez de medicina la sentenció a depender de la insulina y desde hace 6 años las complicaciones hepáticas la conllevaron a las diálisis. Además que debe controlarse con cardiólogos, nefrólogos y oftalmólogos.
«Solamente Dios sabe lo que nos pasa, con esta situación», lamenta de su esfuerzo para poder costearse la insulina cristalina, valorada en 30 dólares. Recuerda que ya no tenía qué más vender, luego de salir de sus prendas de oro, electrodomésticos y hasta zapatos usados.
Mujica cuenta que varias oportunidades ha montado presión en la Dirección de Salud, hasta encadenándose y armando pancartazos. Se cansa de ese desgaste y espera por el tratamiento, cuando esporádicamente recibe la dosis de insulina y las tiras reactivas para medirse la glucosa.
Se tiene que en el hospital La Carucieña suspendieron estas consultas por la pandemia de la COVID-19. Sólo reciben a 3 pacientes diarios, por lo general adultos mayores, en busca de insulina. Según su director Julio Piña, la sala de curas atiende unos 8 pacientes, la mayoría complicados con gangrena, úlceras de píe diabéticos y otros que ameritan la limpieza y administración de antibióticos.