Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Negarlo desde un principio y sin considerar las alarmas de la hiperglicemia, hipertensión arterial y mayor masa corporal. Es uno de los peligros para el diagnóstico oportuno de la diabetes, además de no poder costear los exámenes de laboratorio que pueden superar los $15, Bs. 184 de la insulina, que señalan no consiguen fijo en Dirección regional de Salud y hasta les cuesta reunir los $10 de la cura, para aquellos de pie diabético. Descontrol que los lleva a pedir desesperadamente colaboración económica, cazar donaciones y complicarse hasta empezar a perder progresivamente facultades, al afectarle órganos, como riñones o la retina.
El diagnóstico a tiempo es lo vital, señala el especialista Víctor Aponte desde el área de pie diabético del Ambulatorio del Sur, al destacar la importancia de reconocer la amenaza inicial, porque llegan a complicarse con úlceras o infecciones en partes blandas que llegarían a imputar miembros superiores o inferiores. «Es lamentable, porque entre 15 a 20% de los pacientes diabéticos terminan con estas afecciones», advirtió y recordó que 40 de cada 100 pacientes padeciendo pie diabético los sentencian a terminar amputados.
Señala que se trata de un trabajo con un equipo multidisciplinario que empieza por internista, dermatólogo, entre otros. Además de la prevención desde aspectos tan simples, como el pedicure sin remover tanto la cutícula ni dejar posible alojamiento a hongos que pueden terminar en úlceras sin el ataque con antibióticos, absorción de apósitos y otros.
Entrar a la casa de Enyely Álvarez es el reflejo del esfuerzo para sobrevivir a diario. Vive en una modesta casa con su mamá y hermanos en el sector Cruz del Sur, cerca de la Ribereña. Ella fue despedida por sus complicaciones de salud, está empezando a perder la vista y sólo perciben el ingreso financiero de su hermano mayor como barbero. «Cuesta para tener la insulina desde Sanidad y la necesito 3 veces al día», lamenta de lo lento que la reciben desde el ambulatorio cercano. A sus 27 años, lleva 12 insulinodependiente y no puede comprarla a partir de Bs. 184, cuando hasta le cuesta adquirir el antihipertensivo Losartán en Bs. 6.5. Ni para cumplir su dieta.
Ella, hace 3 años se descompensó y sintió que moría al paralizársele sus órganos. Eran vómitos desenfrenados, dolor fortísimo de estómago y dificultad para respirar. Pidió colaboración para sus exámenes y revisión.
Yelitza Ruiz cuenta que su esposo, Wilmer Alvarado, lleva 10 años lidiando con la diabetes y se junta con artritis. Apenas puede sostenerse con un bastón y le cuesta para comprar la Glucofage, más aún con las insulinas que debe «rendir» de una dosis, en lugar de las 3 diarias. Está consciente que no es el mismo efecto, pero para tratar de mantenerse un poco.
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