Osman Rojas | LA PRENSA.- Un dolor de estómago fue el primer síntoma. “Mamá me duele la barriga”, fue el único comentario que hizo el pequeño de seis años la noche antes de acostarse a dormir a las 9:00 pm, una hora antes de lo que habitualmente lo hace.
La madre vigiló el comportamiento del niño toda la noche y notó que hasta en tres oportunidades el pequeño fue al baño. “¿Tienes diarrea?”, preguntó la mujer en las tres oportunidades, pero la respuesta era siempre la misma. “No puedo hacer, pero me duele”.
A la mañana siguiente, la mujer tomó en brazos al pequeño y se lo llevó hasta el Hospital Pediátrico de Barquisimeto y allí confirmó lo que temía: el muchacho presentaba una severa infección.
“El doctor me dijo que algo le había caído mal y yo le comenté que le había dado una bebida de pringamosa con cola de caballo. Mi mamá dijo que eso era bueno para los riñones y como él casi no orinaba se la daba como agua”, comenta la mujer.
El pequeño fue dado de alta luego de un lavado y una sesión de antibióticos. Este caso no es aislado, pues los hospitales del estado reportan de tres a cinco casos semanales de intoxicados.
El área de Gastroenterología del Antonio María Pineda, el Hospital Pediátrico y el Luis Gómez López son los centros que reportan una mayor taza de morbilidad por este fenómeno.
Tan grave es la situación con los brebajes que ya en el mes de marzo las autoridades del Hospital Pediátrico denunciaron la muerte de 14 infantes por el consumo de estas bebidas.
“La situación es muy grave y hacemos un llamado a la población para que tenga conciencia”, dijo en su momento el doctor Jorge Gaiti, exdirector del Pediátrico.
Pese a la advertencia del doctor, la gente siguió comprando monte y según cuentan vendedores consultados en El Manteco, las ventas en los últimos dos meses se han disparado en un 80 por ciento, esto tras la escasez de medicinas.