sábado, 25 octubre 2025
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Aulas sin celulares: una garantía de seguridad y concentración de alumnos

Docentes admiten que el teléfono puede ser de provecho escolar, pero solo bajo supervisión y autorizado por los representantes.

El uso excesivo de celulares en el aula de clases representa un riesgo principalmente para los estudiantes de básica y bachillerato. Docentes y psicólogos explican que si no hay una regulación en el tiempo de uso, los niños pueden presentar problemas en el desarrollo cerebral y cognitivo, ponen en riesgo la salud mental y física, entran en un espiral de distracción. Además, quedan expuestos a riesgos en línea, como el ciberacoso y el contacto con extraños.

Consideran que esta regulación en tiempo de uso debe iniciar en el hogar. Sin embargo, en los planteles educativos también se deben generar acuerdos a través del “Manual de Convivencia del plantel”, para que la implementación de celulares y tabletas sea exclusivamente para fines educativos y bajo supervisión del docente.

Luis Arroyo, presidente del Colegio de Profesores de Lara, explica que el objetivo central debe ser garantizar que los niños puedan tener un aprendizaje significativo y evitar que avancen de grados presentando fallas académicas.

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Imagen generada con IA.

Estudios señalan las consecuencias del uso excesivo de celulares

Según un estudio realizado por el Observatorio de Argentinos por la Educación en base a las pruebas PISA 2022, en 80 países, determinaron que adolescentes entre 12 y 15 años presentan bajo rendimiento, y uno de los factores es el uso excesivo de equipos telefónicos. En el informe precisan que, en Argentina, el 54% de los encuestados dijo distraerse con equipos tecnológicos, Uruguay (52%) y Chile (51%), lo que sugiere un impacto significativo de la tecnología en la dinámica del aula en América Latina.

Arroyo indica que en los planteles educativos se deben actualizar los comités internos, incluso con la representación estudiantil para de definir el reglamento interno, todo con el consenso de directivos, docentes y representantes para el debido funcionamiento de la institución y el mejoramiento de estrategias para garantizar el aprendizaje de los jóvenes. Además de tener el seguimiento del Centro de Desarrollo de Calidad Educativa, como ente rector.

Reitera que están conscientes de la realidad de los avances tecnológicos que atraen a los niños y adolescentes, pero la diatriba comienza en los excesos, en el uso sin control ni la debida información desde el hogar, por lo que termina siendo dañino. “Es necesario fijar la normativa para que no sea el foco de interrupción de las clases. Que se permita únicamente como soporte en el proceso de aprendizaje, porque teniendo un alumno consciente no hay necesidad de reclamos, se abstendrá de usarlo en el aula”, dijo.

Anginelis Torrealba, directora de la unidad educativa Leonardo Ruiz Pineda I, precisa que empezarán a conversar sobre el uso de los teléfonos con los estudiantes de quinto y sexto grado, porque ya tienen una edad en la que la curiosidad los envuelve entre las infinitas interacciones de un contenido que debe ser vigilado por los padres.

Les preocupa la influencia que pueda tener el celular al fomentar las conductas de bu- llying, cuando el humor es confundido con la burla y puede transformarse en humillaciones, que más adelante se materializan en agresiones físicas.

Además, les dictan charlas permanentes en torno al abuso sexual como una sombra que puede esconderse entre los familiares más cercanos y aquellas personas de más confianza.

Aulas sin celulares: una garantía de seguridad y concentración de alumnos

Atentos

Docentes advierten que hasta un simple stickers llega a traducirse en el inicio del bu- llying. Así lo menciona la profesora Yomarlis Pacheco, coordinadora de Ciudadanía en el colegio Fe y Alegría “Ana Soto”, ubicado en Pavia, al citar ejemplos tan comunes, como tomarle una fotografía a un compañerito en un momento de descuido, haciendo algún gesto o hasta descansando. Luego esa imagen se transforma en sticker y es enviada a otros estudiantes, dicha “gracia” o chiste de un grupo termina dejando en ridículo a ese compañero, quien al darse cuenta ya es la burla de todo el plantel, generándole incomodidad.

“Se necesita que los niños entiendan la trascendencia de una fotografía y el daño que pueden ocasionar”, dice la docente. Además de las implicaciones, cuando se trata de solicitudes de imágenes “sensuales” y cuya divulgación se tergiversa en el delito de pornografía infantil, siendo aún más perjudicial.

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Imagen generada con IA.

Sólo uso positivo

El peligro estará latente cuando la distracción que ocasiona el celular se hace una adicción y no se miden las consecuencias de “apostar” a retos virales, cuyas consecuencias pueden ser hasta la muerte. Tal advertencia la precisa la profesora Yomarlis Pacheco, con la salvedad del uso permitido que han aplicado en la realización de las pruebas diagnósticas, bajo la plataforma nacional de Fe y Alegría. Además de planificar actividades, como la proyección de material compartido a través de un link y hasta empezar a familiarizarse con el uso de aplicaciones de la Inteligencia Artificial.

Resalta que en el colegio Fe y Alegría “Ana Soto” hacen más hincapié a límites en el uso de los teléfonos desde el año antepasado. Inicialmente, sólo se advertía que la institución no se hacía responsable de artefactos, como reproductor mp3, audífonos y celulares. Pero actualmente, el uso se ha generalizado en la mayoría de los estudiantes, por lo que la norma se acentuó con más determinación desde 2024.

Es una realidad que también regulan en el liceo Hernán Valera Saavedra, donde sólo permiten el uso del teléfono durante el receso y facilitan el internet durante asignaciones en la sala de informática, así como para investigar en el aula. Puntos que tocan en los talleres impartidos en la escuela para padres, incluyendo a los representantes bajo la figura de cuidadores, a quienes les destacan lo indispensable de mantener el control de las horas frente a la pantalla, siendo un tiempo que puede revertirse en efectos negativos durante el período de cambios que representa la adolescencia.

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Imagen generada con IA.

Es la sumatoria de acuerdos de convivencia que lejos de satanizar al celular, sólo busca el mejor rendimiento académico y que los alumnos lo utilicen con responsabilidad, siempre con respeto al docente y a las normas del plantel educativo donde están.

El respeto es la base que se le inculca al alumno

Cuando un alumno tiene bien arraigado el respeto desde el hogar, comprende las normas y no hay resistencia. Es la apreciación del profesor Rosti Fader, director de la unidad educativa Zarina de Asuaje, con una matrícula de 722 estudiantes. Allí no les retienen los celulares, pero es restringido su uso en el aula. Confían en que saben respetar al prójimo, al docente y directivos.

Un niño que va creciendo con un buen patrón sabe sus límites, conoce del trato cordial y de la obediencia, acata órdenes con facilidad, cumple su responsabilidad acorde con las exigencias del año escolar. Está consciente que su compromiso es estudiar en ese momento.

Cuestiona que los padres suelen cometer el error de, por respetar la privacidad del hijo, se desconoce el tipo de información que consume, las relaciones que mantiene en redes sociales y el tiempo que se mantiene en la pantalla al permitirle el libre uso en su dormitorio.

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