Osman Rojas | LA PRENSA.- No había terminado de amanecer cuando la señora María Soto escuchó un ruido que la hizo levantar de su cama. Buscó el interruptor de luz, pero notó que no había electricidad. A oscuras salió a la sala de su casa y allí vio que el techo estaba hundido en un 80% y que grandes ramas de un árbol tocaban el piso de su vivienda.
“Santo Dios”, fue lo primero que dijo la mujer antes de levantar a los demás miembros de su familia. Eran las 5:30 de la mañana de este jueves cuando la casa de la señora Soto, ubicada en la avenida Uruguay entre calles 19 y 20, había sido destrozada por un árbol que sucumbió ante las precipitaciones que cayeron sobre la ciudad.
“Pensé que había sido un carro que había chocado en la avenida. El ruido fue muy fuerte”, comentaba un tanto alterada.
Afortunadamente la caída del árbol no lesionó a nadie dentro de la casa; sin embargo, electrodomésticos y pisos sufrieron daños pues la lluvia empapó todo los bienes materiales de la familia.
“El palo de agua estaba pegado y toda la casa se mojó. La nevera y la cocina están llenas de agua y la sala se hizo un barrial”, aseguró José Gómez, vecino de la señora Soto que acompañó a los funcionarios de Protección Civil en el levantamiento del árbol. La familia pidió ayuda al alcalde para reubicar su vivienda.