Osman Rojas | LA PRENSA.- La reja está oxidada y la puerta ya no cierra. El patio está lleno de monte y en los pasillos no hay luz porque el bombillo se dañó hace tres años. “Que pase el siguiente”, dice una enfermera mientras pide paciencia a los que quedan en la cola. “Sólo hay un médico, entiendan que damos prioridades a las emergencias”, comenta con pena.
La escena narrada es el día a día en el ambulatorio del Cardonal, al oeste de Barquisimeto. El centro de salud, que fue construido en 1975, se está cayendo a pedazos por el abandono de las autoridades nacionales.
“Esto es un caos. Yo entiendo a los médicos cuando dicen que ya no quieren venir más para acá”, comenta Virginia Mata, la única enfermera con la que cuenta la institución. La mujer confiesa que ella trabaja allí porque es de la comunidad pero admite que siente vergüenza cuando le llega un paciente y ellos no tienen ni un antibiótico para tratarlo.
“Esto de ambulatorio sólo tiene el nombre. Si alguien quiere ver crisis humanitaria que venga aquí y de un repaso por las instalaciones”, comenta.
El ambulatorio de Cardonal no es el la única institución que presenta problemas humanitarios. El grupo médico Lara Entera por la Salud denuncia que el año terminará con una inoperatividad del 80%.
“Los ambulatorios necesitan una inyección considerable de dinero. En estos momentos hay una inoperatividad de 75% pero con las jubilaciones que se harán luego del primero son muchos los ambulatorios que van a cerrar”, dijo César Ribas, coordinador del grupo médico Lara Entera por la Salud.
El epidemiólogo cargó contra los diputados del Consejo Legislativo que hace un año inspeccionaron los ambulatorios del estado.
“Lamentablemente politizaron la salud y eso es grave. Yo estuve cuando ellos fueron a San José y tomaron fotos para hacer un show, pero eso quedó en nada. Hoy ese ambulatorio sigue igual de olvidado”, concluyó.