Guaro Mirón | LA PRENSA.- Entrar al cementerio de Río Claro me puso los pelos de punta, y no precisamente por estar rodeado de tumbas sino por la inseguridad y la soledad que me tenía bastante preocupado, vecinos que viven prácticamente dentro del camposanto me contaron que ya no respetan ni a los muertos porque desvalijan todo y se llevan hasta las cruces.
Las instalaciones se encontraban bastante deterioradas, la cerca fue hurtada por lo cual se puede entrar y salir por los costados, el monte se ha apoderado de la mayoría del cementerio ubicado en Río Claro y algunas tumbas se encuentran si tu tapa tradicional de concreto.
Mientras buscaba la salida del camposanto estaba muy confundido y me sorprendió la permanencia de los vecinos asomados en las ventanas de las casas ubicadas en los alrededores, no imagino lo que se debe sentir vivir dentro de un cementerio. Conversando con unos de los chamos de la zona me dijeron estar acostumbrados aunque evitan andar por las calles en horas de la noche debido a que muchos malandros ingresan a las instalaciones y no precisamente para visitar a un familiar.
Las autoridades no se acercan ni por curiosidad decía una de las abuelitas desde el porche de la casa, “esto es un pueblo sin ley, aquí se meten se llevan todo lo que pueden con total tranquilidad porque saben que nadie hace nada”, la mayoría en la zona opinaba lo mismo y otros preferían no decir nada por temor a represalias por lo cual me pidieron que haga el llamado a las autoridades para que se aboquen.