En Morán lograron la construcción de seis acueductos comunitarios rurales que benefician a 1.500 familias. En Morán lograron la construcción de seis acueductos comunitarios rurales que benefician a 1.500 familias. Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Por más de 30 añ;os, comunidades de Cocorote, Las Adjuntas, Boro Santa Teresa, La Ceiba y Mamonal, del municipio Morán, tuvieron negado el derecho humano de recibir agua. Pobladores tenían que caminar kilómetros diariamente para abastecerse en ríos o quebradas, y así poder realizar sus necesidades básicas, como bañ;arse, comer o lavar. Algunos sólo obtenían el vital líquido cuando podían pagar el servicio de camiones cisternas, que era costoso y en dólares. Paradójicamente, estas zonas están a pocos kilómetros del Embalse Dos Cerritos que surte con agua potable a parte de Morán, Jiménez y el 80% del municipio Iribarren. Viendo esta necesidad, la , en alianza con la y el esfuerzo de las comunidades, lograron la construcción de seis acueductos comunitarios rurales que benefician a 1.500 familias.
Aliris Arauco, docente, contó que la punta de partida de estos proyectos fue la organización vecinal. Tanto la ONG como la empresa privada aportaron los estudios técnicos, económicos y la capacitación de las personas que sufrían por falta de agua. Y los habitantes proporcionaron su mano de obra y algunos recursos, como mangueras y tomas de agua que fueron equivalentes al 50% de la inversión total del proyecto.
En el caso de Cocorote y el sector Las Adjuntas, existía la construcción de un acueducto y de una caja de agua que no estaban en funcionamiento porque la naciente de la que se surtía se había secado. La comunidad se organizó en cuatro cuadrillas de 20 personas cada una, internándose en la montañ;a para dar con una toma de agua cristalina que en la actualidad abastece a ambos sectores, consiguiéndola en La Primavera, parroquia Guarico de Morán.
«Las organizaciones nos dieron la educación y nos enseñ;aron a trabajar en equipo. Nosotros colocamos el transporte e hicimos el recorrido con las mangueras desde las zonas afectadas hasta el corazón de la montañ;a en La Primavera. Se instalaron un promedio de 12 kilómetros de mangueras, atravesando zanjones, quebradas hasta sacarla a la carretera nacional y llevar las tomas a cada casa», relató Arauco. Cada cuadrilla trabajó incansablemente por 30 días continuos. Tanto la Fundación Don Diego, como Acción Campesina dotaron a las comunidades de bombas para que el agua llegara a un tanque de almacenamiento de 240 mil litros. Hoy utilizan esa agua tanto para sus necesidades diarias, como para el riego de los huertos.
Según contó Manuel Gómez, ingeniero civil y miembro del Consejo Consultivo de Acción Campesina, los proyectos de abastecimiento de agua en zonas rurales comenzaron a realizarse en 2021, en la actualidad están por terminar la sexta obra en Morán. Cada solución de agua abastece a un promedio de 250 familias, en total a unas 6.000 personas les cambió la vida en el municipio.
«Lo que hicimos fue un convenio entre la empresa privada y la comunidad para soldar la tubería. Fueron más de seis kilómetros que iban desde el sector Dos Caminos hasta Boro Santa Teresa. También se colocaron mangueras para llevar el agua a otros sectores como La Florida, La Cordialidad, y una parte de Avelino Villegas, que desde que fueron fundadas no contaban con agua», narró Dimas Leal, trabajador social de Boro.
«En La Ceiba-Mamonal, básicamente los mismos habitantes de la zona hicieron un pozo con sus manos y herramientas, así como un tanque de agua. Tanto la ONG como la fundación donaron una bomba, el cableado eléctrico para sacar el agua del pozo, llevarla al tanque que estaba en una zona alta, y luego distribuirla por gravedad hasta llevarla a cada casa», explicó el ingeniero.
Para darle sostenibilidad a estos proyectos una vez culminados, se crearon comités de gestión de agua comunitaria. Los habitantes distribuyen y administran el agua que reciben, y realizan una colecta mensual para tener fondos que les permita reparar mangueras o tuberías cuando se dañ;en. También periódicamente se organizan y van hasta la montañ;a a inspeccionar la toma de agua para limpiarla de hojarasca, árboles caídos, sembrar más árboles alrededor y protegerla de la contaminación.
«Cabe destacar que en el desarrollo de estos proyectos también participó la quienes estuvieron al tanto de los trabajos que se realizaron. Las alianzas institucionales son fundamentales para que las soluciones a las necesidades de la gente ocurran. Eso también es posible con el trabajo y solidaridad de las redes vecinales», destacó Manuel Gómez.