AFP | LA PRENSA.- La diva del pop Madonna hizo una aparición sorpresa el sábado 21 de enero en Washington y se unió a cientos de miles de personas que protestaban en defensa de los derechos de las mujeres y en desafío al presidente Donald Trump.
“Bienvenidos a la revolución del amor”, dijo al subirse al escenario, en el cierre de horas de discursos de celebridades y activistas. “A la rebelión. A nuestra negativa como mujeres de aceptar esta nueva era de tiranía”, dijo.
Vistiendo un gorro de lana negro con orejas, la cantante de 58 años fue la última oradora de la masiva protesta que contó con estrellas del activismo como el ícono feminista Gloria Steinem y la actriz Ashley Judd.
“No tenemos miedo. No estamos solos. No retrocederemos”, dijo Madonna a la inmensa multitud, en su gran mayoría mujeres, muchas vistiendo gorros de lana rosa con orejas de gato.
Estos gorros que se han convertido en símbolo del desafío a Trump surgieron de un juego con la palabra “pussy” (pussycat es gatito, pussy es coño), luego de la difusión de un audio de 2005 en el cual Trump dice que cuando quiere agarra a las mujeres “por el coño”.
“Hay poder en nuestra unidad y ninguna fuerza opositora tiene alguna posibilidad frente a la verdadera solidaridad”, dijo Madonna.
El ícono del pop había expresado desazón y acusado a las mujeres del sorpresivo triunfo electoral de Trump.
Madonna hizo campaña por Hillary Clinton, que estuvo a punto de convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos, y dijo a Billboard Magazine luego de su derrota que las mujeres tenían una “inhabilidad tribal” a la hora de aceptar a una mujer como presidenta.
“Las mujeres detestan a las mujeres. Eso es lo que creo”, dijo a la revista de música.
En la marcha del sábado, su lenguaje adquirió un tono más de protesta, a veces con malas palabras.
“Fue necesaria esta oscuridad para despertarnos”, sostuvo. “El bien no ganó esta elección, pero el bien triunfará al final”.