Daniela Valladares | LA PRENSA-. Todos los días Santiago Arrieche agarra su bicicleta y se va para el gimnasio, pero antes debe maniobrar para no caer en las aguas verdes, fétidas y burbujeantes que adornan la entrada principal a El Cardenal en El Trapiche desde hace tres meses.
El calvario comenzó cuando las cloacas del sector Bracamonte colapsaron y toda el agua bajó hasta El Cardenal, la cuadrilla de Hidrolara comenzó a romper las calles, pero paralizaron el trabajo hace quince días y no volvieron más.
“Eso es un río de porquerías, el olor te tapa la nariz y te pican hasta los ojos”, confesó un trabajador de la zona que no quiso revelar su nombre.
Y no solo deben luchar con la pestilencia que se esparce hasta dos cuadras, sino que también la proliferación de zancudos tiene azotada la comunidad, vecinos reportaron que se han presentado casos de dengue, diarrea, lesiones en la piel y aseguran que comienza una picazón por todo el cuerpo cuando se pasa por el lugar.
Las calles quedaron vueltas leñas, el paso vehicular quedo eliminado, solo las motos pasan y ajuro ya que hasta en las aceras hay aguas negras.
Los vecinos se las ingeniaron para colocar especies de rampas con tablas para intentar pasar en los lugares que están medio secos.
Para evitar que las aguas negras llegaran a los urbanismos de Valle Lindo, la comunidad destapó una boca de visita para que las cloacas se depositaran ahí directamente.
Incomunicados
A raíz de la situación de la calle, los rutas y “rapiditos” le hicieron la cruz a El Cardenal y se olvidaron de esa ruta. Ahora los que viven en la comunidad tienen que pagar hasta 150 bolívares solo para que los saquen de la zona.
“Ya no hay transporte para acá, estamos presos porque cada día gastamos solo 300 bolívares para que nos saquen hasta la vía principal, aparte hay que pagar para ir al centro”, dijo preocupada Ana Aguilera, quien ahora prefiere no salir por el gasto que debe costear.
El atajo que los transportistas agarran es un tramo extenso, por eso tienen que salir con anticipación para no llegar tarde sus trabajos.
Los mototaxistas son los que están haciendo su agosto, ya que esos son los únicos vehículos que logran pasar por el río de hediondez.
Se meten por las aceras y hacen malabares para no caerse ni pisar el agua verde.