Agencias | LA PRENSA DE LARA.- Cuba encara 2023 con una situación energética «sin duda mejor» que la de este añ;o, asegura en una entrevista el director técnico de la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE), Lázaro Guerra, quien reconoce sin embargo que no puede garantizar que no regresen los apagones.
Tras un añ;o con meses de cortes diarios y prolongados, la UNE está preparando la estrategia para los meses de mayor calor de 2023, el periodo de «mayor requerimiento energético».
En la compañ;ía, agrega, son «extremadamente conscientes» de las repercusiones de los apagones en el «crecimiento económico» y el «bienestar de la población», en alusión a las protestas por los cortes eléctricos en la isla.
«Sin duda la situación es mejor», señ;ala Guerra, que se ha convertido en los últimos meses en una personalidad mediática en Cuba al aparecer a diario en el noticiero para informar sobre la situación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
No obstante, matiza, no se puede asegurar en estos momentos que no vuelva a haber cortes en el suministro a lo largo del añ;o: «Garantizar es una palabra un poco fuerte».
Tras seis días sin déficit, la UNE pronosticó para este viernes una afectación de 60 megavatios (MW), equivalente al 2 % de la demanda en el horario de mayor consumo.
El punto débil está en la generación térmica, que «no está en condiciones buenas». Siete de las ocho termoeléctricas del país han superado los 30 añ;os de vida media de este tipo de instalaciones y además sin cumplir con los mantenimientos adecuados.
«Hay probabilidades de que alguna salga de servicio» durante 2023, reconoce el director técnico de la UNE. Esto ha sucedido muchas veces este añ;o, especialmente con la termoeléctrica Antonio Guiteras, una de las mayores de la isla.
Guerra subraya que se ha logrado en las últimas semanas un «incremento de la disponibilidad» energética, pero aún insuficiente: «Los incrementos que hemos logrado no pueden asegurar la sostenibilidad».
Menos apagones
Los datos de los últimos meses avalan sus palabras. Los apagones han disminuido notablemente entre finales de septiembre y mediados de diciembre. Según estadísticas de la UNE, esto se debe a que la demanda ha caído por la bajada estacional de las temperaturas, pero también ha subido de forma paralela la capacidad de generación.
Esta oferta, sin embargo, aún no podría satisfacer la demanda media de los meses más calurosos, cuando se prenden los aires acondicionados y ventiladores en hogares, oficinas y tiendas. Guerra asegura que la afectación promedio en octubre fue de 1.159 MW, mientras que en lo que va de diciembre se sitúa en los 330 MW.
Esto se debe, explica, a que la planta a gas de Varadero ha entrado en funcionamiento, a que ha aumentado la aportación de los motores de diésel y fuel y, por último, a que varias térmoeléctricas están entregando más energía al SEN, tras algunos «mantenimientos ligeros».
Cuba está ahora «recogiendo los frutos» de los últimos meses de trabajo, aunque «esto no quiere decir que el problema esté resuelto», subraya Guerra.
Efecto dominó
Guerra recalca que en la UNE son muy conscientes de que sobre los hombros del SEN recaen muchos otros ámbitos porque el sector energético es «estratégico» y «transversal».
«Somos conscientes de la absoluta responsabilidad que tenemos en el crecimiento económico y el bienestar de la población. Trabajamos sin descanso para poder garantizarlos», afirma.
El ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, reconoció recientemente ante la Asamblea Nacional que se había decidido parar algunas empresas del país para recortar los apagones sobre la población, lo que repercutió en la producción nacional.
Tras un crecimiento estimado del producto interno bruto (PIB) del 2 % para este añ;o, el Gobierno cubano aspira a crecer un 3 % en 2023, una meta que de conseguirse dejará aún a la isla por debajo de los niveles previos a la pandemia.
Cuba sufre desde hace dos añ;os una grave crisis por la combinación de la pandemia, el endurecimiento de las sanciones de EE. UU. y los errores en sus políticas económicas y monetarias.
Los cortes en el suministro eléctrico, además, han sido uno de los principales factores de descontento social este añ;o. Las mayores protestas de este añ;o tuvieron lugar tras el colapso del SEN con el paso del huracán Ian.
«La población es muy sensible» a los apagones, indica Guerra.
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