Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- Merodeaba las calles como si se tratara de un animal depredador, escogía a sus víctimas, les ofrecía la cola y si se negaban las sometía. Así un exmilitar se fue convirtiendo en un «monstruo» en Barquisimeto, estado Lara, hasta el punto en el que logró ser un violador en serie.
En Venezuela se han registrado varios casos de violadores seriales, que se trata de una persona que comete violaciones y agresiones sexuales a más de una persona durante un período de tiempo. Algunos de los violadores atacan a menores de edad, fuentes policiales indicaron que los criminales las ven como una «presa fácil».
La mayoría de estos «monstruos» fueron atrapados, los funcionarios de seguridad logran ubicar a los depredadores por la valentía de muchas personas, que fueron víctimas, y decidieron denunciar, como fue el caso de una adolescente en octubre del añ;o 2017.
Para ese entonces la jovencita tenía 14 añ;os, su denuncia y descripción del violador fue una pieza clave para la investigación. Hernán Tamayo, exfuncionario de la GNB, fue señ;alado como un violador en serie y que operaba en la zona oeste de Barquisimeto.
La joven salió del liceo, en Pueblo Nuevo y se fue caminando hasta la pasarela de Ruiz Pineda, en donde esperaría por el transporte público. No pasaron ni cinco minutos, la parada estaba sola, cuando se estacionó un Corolla plata frente a ella, que era conducido por el exmilitar.
El hombre, quien tenía 49 añ;os para ese momento, le ofreció a la joven llevarla hasta su casa, pero ella se negó y tras la respuesta, el hombre se enfureció y bajó del vehículo con un cuchillo y se le acercó, obligándola a subir.
Una vez la montó en el carro bajó todos los seguros y se la llevó hasta la avenida Florencio Jiménez y cruzó justo en la entrada del barrio La Paz y abusó sexualmente de ella dentro del carro.
Tras cometer el aberrante hecho, el hombre le preguntó a la adolescente que donde vivía y la llevó hasta la entrada de Santa Rosalía, la joven en medio del miedo y desesperación por lo que el hombre le hizo, se bajó del Corolla, pero de inmediato sacó una libreta del bolso y logró anotar el número de placa y así fue como lograron ubicar al «violador del oeste».
Cuando a la joven la trasladan hasta el Seguro Pastor Oropeza y ella cuenta lo ocurrido, las enfermeras de inmediato se alertaron,