Luis F. Colmenárez | LA PRENSA DE LARA.- «Estar tan lejos nos ha condenado a vivir en la desidia», es la frase de desesperación que sueltan los habitantes de una de las comunidades más antiguas del estado Lara. Se trata de Valle Hondo, ubicada al norte de Barquisimeto, casi en la frontera que conecta a los municipios Crespo e Iribarren. A pesar de tener más de medio siglo de fundada, quienes viven en el sector deben sortear el día a día rindiendo cada gotica de agua que logran recolectar, pues el servicio por tubería es inexistente.
Pero este, aunque es el problema más grave no es el único. La gente de la zona, que se caracteriza por su gran sonrisa y corazones soñ;adores, también les toca encarar cómo pueden los constantes apagones, la falta del servicio de aseo y una vialidad donde se levanta la polvareda con cada paso que dan.
Avianny Suárez, líder comunitaria, cuenta que las 417 familias que hacen vida en el sector les toca hacer «de tripas corazón» para tratar de llevar una vida digna, sin carencias ni privación de oportunidades.
Para poder suplir la falta de agua no tienen más opción que comprar camiones cisternas que ofertan la pipa hasta en cinco dólares, que al cambio son 22 bolívares. Cifra con la que no todas las familias cuentan.
Esto ha llevado a los que viven en mayor grado de vulnerabilidad a buscar otras alternativas, una de ellas es recurrir a la solidaridad de los vecinos que sí tienen la posibilidad de acceder a un camión cisterna. Un ejemplo de ellos es la señ;ora Mariela Ortiz, a sus 52 añ;os ya sufre de intensos dolores en los huesos ocasionados por tener que cargar a diario tobos con agua desde casas vecinas.
Con una maleta con ropa para lavar y poco menos de medio tobo, camina alrededor de 150 metros rumbo a la casa de un conocido que le permite utilizar su batea a cambio de que le mantenga cuidado su jardín.
«Muchos no tenemos cómo pagarle a un cisterna. Puede que en algunas oportunidades sí, pero es un gasto que no podemos cubrir siempre», comenta.
Wiliana Medina, otra de las habitantes de la comunidad, destaca que en Valle Hondo sólo hay un camión cisterna que se encarga de vender agua. «Hay varios cisterneros que viven aquí, pero trabajan para otras zonas», dice con lamento.
Si bien reconocen que la Alcaldía de Iribarren ha enviado el «Plan Cayapa», cuestionan el hecho de que esto sólo los visita cada tres meses y solamente les ofrezcan dos pipas por familia, las cuales afirman son sumamente necesaria