Las comunidades indígenas enfrentan amenazas a sus valores y costumbres. Por ello, investigadores hacen un llamado a la reflexión, con el objetivo de preservar sus condiciones originarias, frenar la migración hacia las ciudades y fomentar la recuperación de sus lenguas maternas. Esta es la esencia de la defensa de la identidad y el arraigo que caracterizan principalmente a las comunidades Ayamán y Gayón en el estado Lara.
La antropóloga, Rubia Vásquez, dirigió el conversatorio «Arqueología y pueblos indígenas en Venezuela» en el Museo de Barquisimeto. Durante el evento, propuso fomentar espacios de reflexión y reconocimiento de la diversidad cultural.
Si bien reconoce la promoción igualitaria por parte del Estado, Vásquez advierte que la migración de los herederos de las etnias ayamanes y gayones los está distanciando de sus orígenes. Este fenómeno podría traducirse en la pérdida progresiva de su lengua materna, ya que las nuevas generaciones, nacidas en ciudades distantes, podrían desconocer su dialecto.


Esfuerzos por la preservación de estos pueblos
Según la investigadora Margarita Morales existen alrededor de 55 pueblos originarios en el país y el Estado muestra la intención de preservarlos con la creación del Ministerio para los Pueblos Indígenas, además del respeto a sus derechos establecidos en la Constitución Nacional. Reconoce que la celebración del ritual del baile de Las Turas se ha mantenido con esfuerzo desde julio hasta finales de octubre, cuando agradecen a la naturaleza por sus cosechas.
Sin embargo, es crucial considerar que deben poder conservar sus condiciones de vida locales y no verse forzados a emigrar hacia Barquisimeto. Un ejemplo claro es la comunidad Nueva Segovia, cercana a la avenida Las Industrias, donde más de 40 familias actualmente buscan empleo o formación.


«Ellos pueden desarrollar su vida cultural, ser incluidos en proyectos e incluso impartir talleres para que la sociedad conozca estas raíces ancestrales», menciona, relacionándolo con la vinculación que sostienen con los proyectos artísticos comunitarios de estudiantes de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte). Subraya que es necesario visibilizar su cultura e incorporarlos en los intercambios de saberes.
Daniela Mejías, lideresa que llaman «Maíta» de la comunidad gayona «Los adivinos de Cucharal» de la parroquia Aguedo Felipe Alvarado, destacó que el mayor compromiso que se debe tener es el de las familias y sabios, para que los jóvenes no pierdan la identidad como pueblo originario.


Reconoce que tienen limitaciones para elaborar artesanías y para la producción agrícola, sus principales vías de sustento. La migración les provoca un choque cultural, por la falta de respeto los convierte en víctimas de bullying y humillaciones, desconociendo que los principales principios son el respeto a la naturaleza, a los animales y a la vida.
Lamenta el riesgo de caer presa de la «vergüenza étnica», cuando se niegan las raíces por el temor a ser rechazado por ser indígena. «La tarea implica más esfuerzo con las nuevas generaciones y con ellos volver a retomar nuestra definición originaria, empezando por nuestra lengua materna», indicó y llamó a reconocer la lucha de ancestros por vivir libres.


