Es necesario ser resilientes tras el diagnóstico de diabetes. Así lo asegura Nathaly Valenzuela, psicóloga y voluntaria de Guerreros Azules en Lara, quien afirma que formar y educar tanto a los pacientes diagnosticados como a su círculo familiar es clave para el avance favorable con esta enfermedad.
En principio es importante tener en cuenta que esta es una enfermedad que no se cura, a la cual no sólo el paciente, sino toda la familia debe adaptarse, no es fácil, pero sí de gran ayuda. Valenzuela estima que sólo en el estado Lara hay entre niños y adolescentes unos 250 pacientes que han aprendido a vivir con la diabetes y cumplir con todas las pautas de tratamiento y alimentación por el resto de su vida.
Este es un choque para el paciente y para la familia porque se deben hacer cambios en la alimentación y en la actividad física, porque hay que empezar a realizar el trabajo que el páncreas dejó de hacer. Algunos deben inyectarse insulina cada vez que van a comer y medir la glicemia entre seis y ocho veces al día. Tal y como le sucedió a Marilyn Rangel, a quien hace siete años le diagnosticaron diabetes tipo I.
Rangel asegura que «al momento del diagnóstico fue un momento muy fuerte, es una etapa que nos dejó en shock, pero poco a poco fuimos aprendiendo y la vida se nos hizo más fácil. Siempre habrá altos y bajos, pero lo importante es actuar y no quejarse de la situación».
pacientes con diabetes deben cuidar su alimentación
Para los niños y adolescentes resulta muy difícil adaptarse porque se sienten diferentes, extraños, solos. Justamente, parte de hacer las actividades es para que el paciente vea que no está solo, que hay muchos más niños que viven con esta enfermedad. Tiene que educarse, la educación es la clave para evitar situaciones como ansiedad, depresión, estrés que aparecen cuando no hay atención al núcleo familiar y al paciente.
El sábado, en el Colegio de Médicos, se realizó la jornada «ABC de la diabetes«, organizada por la Fundación Guerreros Azules y la Sociedad de Pediatría, actividad que permitió a pacientes, familiares y médicos a conocer más sobre la enfermedad y saber cómo tratarla. La jornada estuvo dividida en dos ambientes, uno en la que los médicos especialistas en diversas áreas aprendieron de diabetes tipo I y el otro ambiente fue para los padres y pacientes sobre alimentación.