José Miguel Najul | LA PRENSA.- Nicolás Maduro agujereó intempestivamente los presupuestos municipales, dejando a las Alcaldías a punto de quedar como unos “simples pagadores de nómina”, imposibilitados para sostener los servicios que les competen y para costear las inversiones que habían planificado.
Alfredo Ramos, alcalde de Iribarren, ha estimado un déficit de 6 mil millones de bolívares en sus arcas, que había iniciado el año con mil 200 millones menos de lo necesario, para cancelar el salario y los beneficios a los 5 mil 500 trabajadores activos y mil 200 jubilados.
Por su parte, José Barreras, de Palavecino, calcula unos 850 millones de bolívares.
“Cuando comenzamos este año tenía un déficit inicial de 700 millones. Pero luego de los aumentos para los que el Gobierno envía recursos que no los cubren, ha aumentado”, critica el mandatario municipal.
En Jiménez aún están midiendo el impacto concreto que tendrá en su desempeño. Sin embargo, José Martín, alcalde de la jurisdicción, subraya que en junio de este año ya padecían un déficit de 288 millones.
“El Gobierno sólo envió unos recursos extraordinarios por un monto de 55 millones, pero parte de eso se fue para la Contraloría y el Concejo Municipal”, señaló.
Al respecto, Teódulo Medina, alcalde por el PSUV en el municipio Morán, asegura que no se explica por qué sólo los ejecutivos municipales que están en manos de la oposición son los que no pueden cancelar los incrementos presidenciales.
Llega a una conclusión: desean desestabilizar el gobierno de Nicolás Maduro.
“No entiendo la política de Iribarren, Palavecino y Jiménez. Porque aquí en Lara hay nueve alcaldes; 6 somos revolucionarios, y tenemos actualizado el salario y el cestaticket, hasta el penúltimo monto, claro, porque esperamos que envíen los recursos de este último”.