W. Croes/ C. Linárez | LA PRENSA.- Hermidia Peralta se arropará este diciembre hasta donde le llegue la cobija. Con sus aguinaldos y los de su esposo aseguró un buen mercado y el resto, aunque es muy poco, lo destinó para comprarle los estrenos de sus dos hijos. Se paseó el centro de arriba abajo un par de veces y luego de comparar precios y buscar rebajas, sólo pudo comprar un solo estreno para cada uno.
Peralta dice sin complejo alguno que en tiempos de crisis no hay que darse mucho lujo. Como cada año, el poco dinero que recibe lo invierte en vestir a sus hijos. Lo hace más que todo por su hija Sofía, de siete años que quiere lucir un vestido para Navidad, y este año, por primera vez, también lo llevará para las fiestas de fin de año.
La ropa que se ofrece en el centro de la ciudad es nacional e importada. La hecha en Venezuela es un poco económica, pero para vestir a un chamo garantizando un conjunto de pantalón, camisa y zapatos se gasta más de 40 mil bolívares, lo que representa la paga de un mes y medio o 45 días de aguinaldos para una persona que devengue sueldo base, recientemente aumentado por el presidente Nicolás Maduro.
“Hasta el año pasado le compré dos estrenos a mis hijos, pero este año humanamente no puedo. No puedo seguir endeudándome”, expresa Peralta, quien fue buena compradora, porque primero preguntó precios, no cayó en la primera oferta de los comerciantes y luego de hacer un balance entre precio y calidad con la ayuda de sus chamos escogió la combinación que más le gustó.
Las personas se inclinan más por los conjuntos de falda y blusa para las niñas, y de pantalón y camisa para los niños. Esta combinación, en la mayoría de los puestos, sale más económica que escoger ambas piezas por separado. “Se terminan ahorrando entre 3 mil y 4 mil bolívares, según el modelo”, expresa Yelitza Virgüez, una comerciante del centro de la ciudad, quien argumenta que las ventas han estado tan bajas y los padres llevan tan pocas piezas que los fines de semana lanzan su rebaja para enganchar.
El sistema de apartado es una opción que cobra más fuerza en los comercios del centro. El año pasado era muy común para la compra de zapatos, pero este año, con los precios tan altos, la técnica aplica también para la ropa.