Ágatha Reyes | LA PRENSA.– Sean en bolívares o en dólares, pagar un alquiler de vivienda o una habitación tiene con la soga al cuello a muchas familias y ni se diga a los estudiantes universitarios.
El gasto mínimo de inversión en cualquier sitio de Barquisimeto no baja de un salario mínimo integral; es decir, 2 millones 550 mil bolos, mientras que hay rentas de apartamentos que se cotizan en moneda extranjera y no bajan de 60 billetes a precio y pueden llegar a 250 a precio del mercado “negro”.
“Es complicado, el gasto no es sólo la vivienda, a eso tenemos que sumarle lo que comemos a diario”, soltó con preocupación Nelson Arrieche, un estudiante de ingeniería que mensualmente debe reinventarse para poder cubrir sus gastos y no hacer llorar a sus padres cuando lo ayudan económicamente.
Arrieche invierte 4 millones en una habitación con baño y la cocina que debe compartirla con otros residenciados al este de Barquisimeto, eso sin incluir gastos en alimentación, pasaje y lo que necesite o exijan en la universidad.
Pero el sufrimiento de Arrieche también se parece al de Martha Castillo, madre de familia, quien acota que los alquileres suben como la hiperinflación (que, según las cifras de la Asamblea Nacional cerró en mayo en 110,1 %). “Ese es el pan nuestro de cada día”, dice la mujer quien agrega que requiere al menos dos salarios integrales completos para tener un espacio seguro donde llegar luego de la jornada laboral.
“Nos toca utilizar el 100 % del salario y hasta sacar dinero debajo de las piedras. Ya nada escapa de la inflación”. Los datos que aporta el parlamento nacional inciden en todos los aspectos de la vida cotidiana y más directamente en los precios de ventas y alquileres inmobiliarios, pues si antes un contrato de renta se calculaba anualmente, ahora se planifican trimestralmente; es decir, si hace 5 años enun contrato de alquiler o compra se fijaban pagos de cuotas sin modificaciones en precios durante un año, ahora la negociación no pasa de tres meses.
Para quienes alquilan una vivienda completa el asombro es aún mayor, pues los precios varían por cantidad de habitaciones y el sector en que se encuentre ubicada. En el este de Barquisimeto una casa puede pisar la cifra de los Bs. 20 millones mensuales; es decir, el equivalente a 7.8 salarios integrales.
Mientras que en el oeste alcanza los 15 millones, lo que imposibilita que un trabajador común pueda rentar una casa. “Yo esta
ba en ese negocio de alquiler, pero en vista del alto costo a la familia le tocó abandonar el inmueble y, al parecer, se fueron a vivir con sus padres”, comentó Marcos Rodríguez, un arrendador.
Dólar se impone
En cuanto a las ventas, los apartamentos no escapan a la tendencia de que sea el dólar el que impere en la negociación. Un apartamento de dos habitaciones y baños, en el este de Barquisimeto, incluso al oeste, puede costar entre mil 500 y dos mil 500 dólares, lo que en bolívares sería seis mil 250 millones de bolívares.
“Alquilar o comprar es como jugarse la lotería, es una especie de suerte conseguir un lugar económico. Hoy no hay precio que pueda ser costeado con un salario mínimo”, dijo Carmen Pérez, una señora de unos 70 años que asegura que quien decida formar una familia hoy se las ve cuesta arriba.