Osman Rojas | LA PRENSA.- Parada a las afueras de la Policlínica Barquisimeto espera que alguien la busque. En su mano derecha sostiene el teléfono y en la izquierda un sobre manila con exámenes. En su voz se puede percibir la molestia, reniega una y otra vez; “no me hice nada”, dice antes de cortar la llamada.
El personaje antes descrito responde al nombre de Stefany Morales, una mujer de 50 años, que no pudo aplicarse la Zometa (tratamiento endovenoso que se utiliza para frenar la descalcificación ósea) porque en el centro privado no había solución fisiológica 0,9.
“Cobran 45 mil bolívares por el tratamiento y uno tiene que traer todo”, comenta Morales, antes de abandonar la institución.
Ahora mismo, los centros privados sienten con rudeza los embates de la escasez y según los números que maneja la red de clínicas de Barquisimeto, la escasez de insumos en estas instituciones es del 39%.
“Ahora la escasez se nota más porque hay áreas especializadas como las de quimioterapias o radioterapias que se ven afectadas y hasta paralizadas”, comenta Nelson Santos, vocero de la red.
La fuente asegura que muchas clínicas (en especial las tipo dos o tipo tres como la San Javier o la Concepción) son las más golpeadas con la crisis. “Estas instituciones piden soluciones para no cargarlo a la factura del paciente. Las pocas que llegan son cuidadas como oro”, soltó.