viernes, 22 noviembre 2024
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Alteraciones de integración cultural y autismo

Redacción | LA PRENSA DE LARA.- Existen dos tipos de problemas de procesamiento sensorial y muchos niños experimentan una mezcla de ambos. Uno es demasiada sensibilidad (hipersensibilidad) que conduce a la evasión sensorial, los niños evitan la estimulación sensorial porque es demasiado abrumadora para sus sentidos. La otra es poca sensibilidad (hiposensibilidad) que resulta en la búsqueda sensorial, los niños buscan más estimulación sensorial», explicó.

La doctora Angélica Torres, de la Fundación Sólo Faltas Tú, precisa que a menudo los niños con dificultades del procesamiento sensorial son hipersensibles, es decir, intentan evitar las sensaciones que consideran intolerables. Sin embargo, algunos buscan más estimulación sensorial.

«Quieren tocar las cosas y sentir contacto físico y presión. Pueden ser menos sensibles al dolor y que su tolerancia al mismo sea inusualmente alta», dijo, además señaló que por eso prefieren jugar con rudeza y no entienden si están lastimando al compañero de juegos.

Según Torres, algunos niños pueden buscar y también evitar sensaciones. Pueden ser excesivamente sensibles a algunos estímulos sensoriales y poco sensibles a otros. Sus reacciones también pueden cambiar de un día para otro, o incluso a lo largo del día, dependiendo del entorno y de la situación.

«Las dificultades del procesamiento sensorial no son una discapacidad específica del aprendizaje, pero pueden tener un gran impacto en el aprendizaje», indicó.

¿Cuáles son las señales y síntomas de las dificultades del procesamiento sensorial?

La doctora María Laura Braz, también de la fundación Sólo Faltas Tú, indica que entre lo que se podría observar en los niños depende de dos cosas. La primera es el detonante, la estimulación sensorial que abruma al niño. La segunda es el tipo de problema de procesamiento sensorial que tiene.

Evasión sensorial

Los niños que evitan la estimulación sensorial pueden reaccionar a una extensa variedad de de- sencadenantes que pueden incluir: ruidos, ropa, lugares con muchas personas o ciertos olores o texturas de alimentos, entre otros. Cualquiera que sea el detonante, la reacción puede llegar a ser extrema.

La sobrecarga sensorial puede generar crisis sensoriales. Estas son muy diferentes a los berrinches, porque el niño no tiene control sobre ellas.

Otras señales que se podrían observar en los niños:

-Se siente agobiado fácilmente con personas o lugares.

-Busca lugares tranquilos cuando el entorno es ruidoso y concurrido.

-Se sobresalta con facilidad por ruidos repentinos.

-Le molesta la luz brillante.

-Se niega a usar ropa que pica o que le parece «incómoda».

-Evita tocar a las personas o abrazarlas.

-Reacciona con intensidad a la textura o al olor de ciertos alimentos.

-Rehúsa probar nuevos alimentos y tiene una dieta muy limitada de comidas que le gustan.

-Se molesta por cambios pequeños en la rutina o en el entorno, y evita intentar cosas nuevas.

Según Braz, la estimulación sensorial no está limitada a los cinco sentidos tradicionales: vista, tacto, gusto, oído y olfato. «La interocepción es un sentido menos conocido que permite que la persona entienda y sienta lo que ocurre en su cuerpo», explica. Los niños que tienen problemas con la interocepción pueden tener más dificultad con el entrenamiento para ir al baño o un umbral del dolor inusual.

Los otros dos sentidos, la conciencia del cuerpo (propiocepción) y la orientación espacial (el sentido vestibular), también pueden afectar a los niños con dificultades sensoriales. Braz dice que los niños que evitan las sensaciones pueden tener dificultad para reconocer dónde está su cuerpo en relación con otras personas o el entorno. O pueden ser cautelosos al usar el equipo del parque infantil como los columpios.

Búsqueda sensorial

Los niños que son poco sensibles a la estimulación sensorial experimentan la situación contraria. A menudo tienen necesidad de moverse, y buscan estimulación a través de sabores condimentados o agrios, el contacto físico y la presión.

Otros signos que se podrían observar en niños de diferentes edades:

-Toca los objetos constantemente.

-Juega con rudeza y toma riesgos físicos.

-Tiene gran tolerancia al dolor.

-A menudo se retuerce o juega con objetos manipulables (fidget).

-Está constantemente en movimiento.

-Invade el espacio personal de las personas.

-Se distrae o se siente ansioso con frecuencia.

-Es torpe y sin coordinación.

La doctora Braz dice que se debe tener en cuenta que los niños no siempre son lo uno o lo otro. Algunos pueden ser buscadores de sensaciones en ciertas situaciones y evitar las sensaciones en otras, dependiendo de cómo lo manejen o se controlen en ese momento. «Por eso es tan importante observar las reacciones de su hijo e intentar anticipar lo que las desencadena», insiste.

¿Cómo los profesionales pueden ayudar con las dificultades del procesamiento sensorial?

Desde la Fundación Sólo Faltas Tú, señalan que no existen medicamentos para las dificultades del procesamiento sensorial, pero hay especialistas que pueden enseñar estrategias para manejar los retos sensoriales.

«Los terapeutas ocupacionales trabajan con niños que tienen dificultades sensoriales, ayudándolos a encontrar maneras de sentirse menos abrumados por la estimulación sensorial», explica Angélica Torres. Precisa que se ha hablado mucho sobre un tratamiento conocido como «terapia de integración sensorial», pero es más frecuente que los terapeutas creen lo que se conoce como «dieta sensorial», que es un plan de actividades físicas diseñado para cada individuo. Este ayuda a que los niños aprendan a tranquilizarse y a regular su comportamiento y sus emociones, haciéndolos más abiertos al aprendizaje y a la socialización.

«Los psicólogos infantiles también trabajan con los niños que tienen dificultades del procesamiento sensorial. Algunos usan la terapia cognitivo-conductual para ayudarlos a expresar y analizar las emociones y frustraciones causadas por sus dificultades», dice.

En estos casos, la escuela podría proporcionar adaptaciones a través de un plan 504. (Si su hijo tiene un IEP debido a otra dificultad, también podría incluir adaptaciones para las dificultades sensoriales). Además, el maestro podría proporcionar apoyos informales.

 

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