Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- Víctor Alexander Durán Barreto, de 56 años, apodado el «Caín guaro», solo pagó dos años y nueve meses por el atroz crimen de sus tres hermanos, a quien, presuntamente, asesinó y descuartizó por una herencia. La tuberculosis se lo llevó.
El «Caín guaro» fue detenido en febrero del año 2018, luego de que, presuntamente, confesara el asesinato de sus tres hermanos Francisco José (52), conocido como «Panky», Misnarda Mileida (53) y Oswaldo Enrique (49) Duran Barreto. Estuvo detenido por un tiempo en los calabozos del Eje de Homicidios del Cicpc y su salud poco a poco se fue deteriorando.
Este año el hombre fue trasladado junto a su sobrino Wilmer David Azuaje Barreto (22), apodado el «Chino Bron», presunto cómplice del crimen, a la Comunidad Penitenciaria Fénix Lara, lugar donde el «Caín guaro» pasó sus últimos días de vida.
Se pudo conocer que el miércoles en la mañana, una comisión del Eje de Homicidios del Cicpc se trasladó hasta el penal para hacer las experticias y hacer el levantamiento del cadáver. El hombre estaba muy flaco, sus costillas estaban pegadas a la piel y según una fuente policial su delicada condición física se debió a la tuberculosis.
El cuerpo fue trasladado a la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, hasta ayer en la mañana el cuerpo seguía allí.
Atroz crimen
Presuntamente, la ambición por una vivienda volvió loco al «Caín guaro». En febrero del año 2018, se supo que la razón de este triple crimen fue por una casa que era una herencia materna.
Fuentes ligadas a la investigación contaron, que el «Caín guaro» no actuó solo, sino que su sobrino lo ayudó a cometer el macabro crimen.
Los cuatro hermanos vivían en la casa, que se ubica en la carrera 24 entre calles 21 y 22. El tipo transformó un hogar en disputa. Al parecer el hombre con ayuda de su sobrino sometió a sus hermanos, quienes estarían bajo los efectos del alcohol, los apuñalaron y luego procedieron a picarlos hasta desmembrarlos.
Alrededor de 30 horas tardaron los homicidas para poder sacarlos de la casa. Los cuerpos tenían heridas en el cuello y murieron desangrados. Les cortaron las cabezas, brazos, piernas y manos.
Detallaron las fuentes, que Francisco fue el último que mataron, además de hacerle una herida en el cuello lo apuñalaron seis veces en el pecho. Además contaron que utilizaron cuchillos para asesinarlos y una segueta para picarlos.
Sin remordimientos y con frialdad. El hombre trasladó en una carretilla los cuerpos de sus hermanos junto a su cómplice. Atravesaron medio Barquisimeto a pie y de noche para poder «desaparecer» los cadáveres.
Una parte de los cuerpos la dejaron en una alcantarilla de la avenida Divina Pastora de Barrio Unión y la otra la lanzaron en la quebrada de la Ruezga, ubicada en la intercomunal Barquisimeto-Duaca.