Euseglimar González | LA PRENSA de Lara.- La muerte de Ramón Antonio Escalante Pérez, de 27 años de edad, recluso del Centro Penitenciario David Viloria, mejor conocido como «Uribana» fue un suicidio. Así fue el resultado que arrojó la autopsia que le practicaron indicó una fuente policial.
Según el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) los compañeros de Ramón contaron que él, supuestamente se sentía muy preocupado porque debía mucho dinero, pues era uno de los presos que compraba comida diaria (dentro del penal) para sobrevivir.
«No se justifica que los presos estén desnutridos cuando el Estado indica que provee los alimentos. Es preocupante que las muertes por condición salud se estén incrementando en los penales venezolanos», comentó Carolina Girón, directora de OVP.
Además Girón solicitó una investigación exhaustiva, oportuna y veraz en torno a estos casos y clamó por atención médica para los reclusos enfermos.
La ONG contabilizó que desde el 29 de mayo hasta el 14 de junio reportaron cinco privados de libertad muertos, cuatro de ellos por condiciones de salud y uno en un hecho de violencia. Señalaron que cuatro de los casos se registraron en Uribana, y uno en Fénix.
Uno de los casos es Jesús Manuel Trujillo García, de 55 años de edad, quien padecía varias patologías como VIH y tuberculosis, sumado a un cuadro de desnutrición. LA PRENSA pudo conocer que los familiares de Jesús no sabían de él desde hace más de 12 años y la hermana se enteró de su muerte cuando leyó la noticia.
«Somos de Táchira, pero teníamos muchos años sin saber de él. No hemos podido retirar el cadáver por la cuarentena, además que tampoco hemos podido realizar el reconocimiento del cuerpo de forma digital», comentó la hermana de Jesús vía telefónica. Se pudo conocer que el cuerpo de Jesús podría ser traslado hoy a fosa común.
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