Daimar Díaz | LA PRENSA de Lara – La tercera jornada de distribución de gasolina en Lara fue catalogada de «infierno» por los miles de conductores que estaban en cola desde el martes. Caos en muchas estaciones de servicios a la hora de despachar, desconsuelo en otras bombas porque no llegó la gandola y hasta el secuestro de dos gandolas en Palavecino fueron algunos de los hechos que sucedieron ayer en la mañana y tarde.
Rabia e impotencia marcó el inicio del día ayer. Al amanecer en la intercomunal Barquisimeto ? Acarigua a la altura de la entrada de Cabudare conductores que hacían la cola de dos bombas de la zona frenaron el normal tránsito de dos gandolas cisternas de Pdvsa a manera de presión para que a ellos les llenaran el tanque porque esperaban combustible desde hacía 30 horas.
«Esto es burlarse del pueblo, nos dicen que todas las bombas estarán funcionando y la verdad es que en ninguna estación de la ciudad hay gasolina» esto es jugar con la necesidad del venezolano, manifestó Édgar Aranguren quien se encontraba en plena protesta. Como él, más de un centenar de conductores con terminal de placa 3 y 4 pasaron día, noche y madrugada en colas esperando que les surtieran y no iban a permitir que los sacaran de cola para que surtieran los conductores con placa 5 y 6.
La protesta inició con choferes que estaban en la estación Cabudare. Explicaron que el lunes se acabó el suministro allí, pero ellos decidieron cancelar la suma correspondiente a 30 litros de combustible por vehículo, pues el martes la estación volvería a prestar servicio, sin embargo se fueron acumulando las horas hasta causar el estallido de los ciudadanos.
«Desde ese día estamos en cola, los trabajadores de la bomba prometieron que apenas llegara la cisterna nos iban a atender, aun cuando tenemos terminal de la placa en 1 y 2, pero ayer (martes) no mandaron la cisterna y hoy (miércoles) no tienen información de si va a llegar», manifestó Andrés Guevara uno de los protestantes quienes recibieron apoyo de conductores de la estación de servicio La Morenita.
El panorama en Barquisimeto no era muy distinto al de Cabudare. Muchas estaciones cerradas porque no había llegado despacho, las bombas «subsidiadas» colapsadas por la cantidad de carros que demandaban combustible. Aunado a eso, muchos consultados denunciaron el abuso de todos los funcionarios del gobierno quienes se coleaban para surtir sin importar nada.
Pasar hambre, sed, exponerse largas horas al sol y peligrar en la calle es parte de las calamidades que miles de conductores sufrieron ayer. «Esto es una tortura. Yo no vuelvo a hacer cola», soltó Ángel García, un conductor molesto.
La otra cara de la moneda es la de los que hacen la cola y la llevan de la mejor manera. «Si no nos apoyamos unos, no podríamos ni comer», fue el relato de Jhonny Luna quien junto a otros conductores realizaron una «vaca» para comprar panes de queso y un refresco.
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