Euseglimar González | LA PRENSA.– “Ese hombre no tiene otro nombre, es el diablo en persona. Él tiene que pagar por matar a sus tres hermanos”, dijo Jackelín Torres, amiga de los tres hermanos asesinados ayer en la mañana, mientras estaba reunida con más personas de la comunidad y no salían del shock causado por el crimen.
Ayer en la mañana el callejón en donde queda la vivienda de los Durán Barreto estaba full de personas y hablaban entre ellos. Aun no creían que los tres estaban muertos.
Los vecinos contaron que “Mina”, Oswaldo y “Panky” eran muy alegres y que no se metían con nadie. Un amigo contó que lo único malo en esa familia era el “agresivo” hermano que tenían.
“¡Ay Dios, cómo es posible que ese diablo los mató y aquí nadie se enteró porqué!”, decía con voz entrecortada otra amiga de la familia.
Los vecinos cuentan que no escucharon ruidos o gritos que los hayan puesto en alerta. Recuerdan que el viernes en la noche tenían el reproductor a todo volumen a eso de las 10:00 de la noche, y cerca de la casa, por el mismo callejón, tenían otra fiesta.
“Si ellos gritaron, nosotros no pudimos escuchar nada por el ruido que había en la calle”, comentó un vecino. Cuando los “petejotas” llegaron hasta la vivienda, los vecinos salieron de las casas para saber qué pasaba. Fue en ese momento que se enteraron que los tres hermanos estaban muertos.
Contaron que no veían a los Durán Barreto desde el viernes, pero que los demás miembros de la casa sí estaban allí. El sobrino de ellos, Wilmer Azuaje Durán, supuestamente, lo vieron el martes y sacó a pasear al perro pitbull de la casa.
Vecinos señalaron a Wilmer como un “mala conducta” y aseguraron que él es apodado en la comunidad como el “Chino”. Desde el martes no ven al hombre y funcionarios de Homicidios lo buscan por estar presuntamente implicado.
Amigos lo reconocen
Una amiga de los hermanos fue quien reconoció los cuerpos en la morguecita del Cementerio Municipal. Ella se preocupó por ellos desde el sábado cuando ninguno le contestaba el celular.