miércoles, 6 noviembre 2024
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Tiroteado mientras comía

Euseglimar González | LA PRENSA.- Tirado en el piso, bocarriba, con la mano izquierda pegada al pecho, vestía un jean claro roto en las rodillas, un suéter de rayas y zapatos marrón. Toda su ropa la tenía sucia. Así estaba el cuerpo de Edgardo José Vargas, de 32 años, quien recibió un disparo en la espalda ayer en la mañana.

Cuentan los vecinos del sector Nuevo Barrio que ayer a las 9:00 de la mañana Edgardo estaba desayunando en la calle, cuando unos tipos a bordo de una moto pasaron y le dispararon. El rugido de una moto fue lo que se escuchó después de dos detonaciones.

Edgardo cayó malherido al piso y murió. Los vecinos tras escuchar las detonaciones salieron de sus casas para ver lo que estaba pasando y vieron al hombre tirado en el piso. Ya estaba muerto.

Tras unos minutos de la muerte del hombre llegaron tres personas, dos mujeres y un hombre. Era la madre de Edgardo, quien rompió en llanto al ver el cuerpo tirado en el piso.

“A las 2:00 de la mañana pasó por la casa y se asomó por la ventana y me pidió comida”, cuenta con voz entrecortada Teresa Vargas, madre del muchacho.

Teresa explicó que su hijo no vivía con ella desde hace muchos años, pues él había agarrado la “calle”. El joven dormía en donde le “caía la noche”, comentaron los vecinos de Nuevo Barrio.

“Mami perdóname por la mala vida que yo a usted le di, écheme la bendición”, fue lo último que le dijo Edgardo a su mamá cuando la vio. Detalla la madre que él siempre le decía “yo estoy claro que a mí me van a matar”.

Cuando la madre recordaba las palabras de su hijo, por su rostro corrían las lágrimas. Luego explicaba que ella lo aconsejaba para que retomara el buen camino. Edgardo consumía drogas, la mamá detalló que ella lo sacó de su casa porque cuando llegaba drogado la maltrataba.

“Él me maltrataba cuando estaba drogado. Yo sé que él no estaba en sus cincos sentidos, pero decidí correrlo para que no me hiciera algo que después lamentaría”, sostuvo Teresa.

Los familiares de Edgardo comentaron que él tenía muchos enemigos. A pesar que muchas veces intentaron ayudarlo no lo pudieron sacar de la calle.

“Él estuvo en la religión cristiana. Siempre andaba limpio y hasta una cristiana le regaló una casa en El Cují, pero volvió a agarrar la calle”, soltó la madre.

Edgardo presenta antecedentes por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) por droga en el año 2010. Deja un pequeño de cinco años huérfano y según su madre era sus ojos.

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