Euseglimar González | LA PRENSA.- José Rafael Vargas Caravallo, de 18 años, fue herido de bala el domingo 6 de noviembre en el sector La Guadalupe de Quíbor, municipio Jiménez.
Familiares contaron que José salió de su casa a bordo de su moto, le dijo a su hermana que iba a comprar unos cigarros, pero en una plaza a pocas cuadras de su vivienda unos hampones le dispararon.
Del hecho, los familiares tienen poca información, pues no saben cómo sucedió todo, los vecinos cercanos a la plaza no les dieron mayores detalles. Ellos estiman que le dispararon para robarle la dos ruedas.
Un vecino le avisó a la esposa que José había sido baleado y que estaba tirado en la acera, la mujer llegó al sitio y lo trasladó en un carro particular hasta el ambulatorio de Quíbor, pero allá no lo recibieron porque tenía el tiro en la cabeza.
Una ambulancia lo llevó luego hasta la Emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda y tras dos días de agonía falleció ayer a las 6:00 de la mañana.
“No sabemos si José ya había comprado los cigarros y venía de regreso. Quizás le dispararon para quitarle la moto”, dijo Enma Labarca, hermana de la víctima.
La familia Vargas Caravallo pasó hace 18 años por una situación similar, un día antes de que José cumpliera un año de edad. La madre de Vargas murió por un tiro.
Contaron que ese día se formó un tiroteo entre delincuentes y ella quedó en el cruce de balas.
El joven fue criado por una tía y hace cuatro años se fue a vivir con una hermana al sector La Guadalupe. Deja dos hijos huérfanos, uno de tres años y un bebé de 4 meses.
Los familiares no se separaron de la víctima desde que estaba en Emergencia. Ayer, luego de la trágica noticia, fueron a denunciar ante el Eje de Homicidios del Cicpc para retirar el cadáver de la morgue del hospital.
Un grupo de parientes del joven estuvo en los alrededores de la morgue, la esposa lloraba desconsoladamente por la noticia y no podía creer que había muerto.
En cuanto al caso, los allegados de Vargas pidieron que se haga justicia por su muerte, pues el joven no estaba metido en problemas. Era el menor de cuatro hermanos.
No se pudo conocer a qué se dedicaba, pues los familiares no quisieron dar mayores detalles, sólo lo puntual.
“Desconocemos qué pasó y cómo, lo que sabemos es por los cuentos de la esposa. La mayoría de su familia reside en Barquisimeto. En Quíbor sólo residía él junto a una hermana”, comentó un hermano del jovencito ayer antes de ir a formular la denuncia ante el Cicpc.