Jennifer Orozco | LA PRENSA DE LARA.- Williams José Pérez Figueredo, de 48 años de edad, fue trasladado desde el Centro Penitenciario Fénix el sábado pasado, luego de descompensarse, por pasar un mes con fiebre y dolor abdominal.
Cuando el hombre llegó a la Emergencia del Hospital Central AMP, los médicos le diagnosticaron una obstrucción intestinal. Su mamá e hijo, quienes viajaron desde Tinaquillo, estado Cojedes, contaron que llegaron el martes, sabiendo que el hombre estaba bastante mal de salud. «Pudimos hablar con él un momento. Dijo que tenía un mes sintiéndose mal, pero hasta no verlo casi muerto no tuvo atención medica», narraron.
A Pérez se le intensificó el dolor abdominal el miércoles y sus familiares gastaron aproximadamente 400 dólares en todos los insumos para su intervención quirúrgica; compraron desde las gasas hasta una malla que le pondrían al hombre en el abdomen. El miércoles en la tarde lo operaron y estuvo más de cuatro horas en quirófano, saliendo muy mal de allí. «Sólo abrió los ojos un ratico y luego cayó en coma, a las 11:30 de la noche, y falleció supuestamente de un paro respiratorio por efectos de la operación», dijo su mamá.
Informaron que cuando retiraron el certificado de defunción este, presuntamente, decía que el hombre padecía dificultad respiratoria, neumonía y sospecha de COVID-19.
«Cuando llegamos nos dijeron que tenía síntomas de Covid, pero nos dijeron que la prueba rápida había dado negativa. Nosotros no le vimos ningún síntoma de coronavirus, es más nunca estuvo aislado en el hospital, la historia médica fue hecha antes de la operación y no señalaba sospecha de COVID-19, entonces no entendemos», declaró el hijo.
Pérez era enfermero y sus familiares revelaron que en «un minuto su vida cambió», tras asesinar a otro hombre. Estaba pagando pena por homicidio, pero en Fénix sólo estuvo 11 meses, donde ingresó con 100 kilos de peso y salió «muerto y pesando solo 48 kilos», dijo su madre entre lágrimas.