LA PRENSA.- «Yo no sé qué hacia él por aquí”, decía desconsolada Emily Pérez, pareja de Deivis Ricardo Sosa Colmenárez (19) a quien le quitaron la vida de un tiro en el abdomen, en la calle 9A del sector Manuelita Sáenz, a eso de las 8 de la noche. Emily salía de misa cuando le avisaron que Devis estaba muerto cerca de una cancha del sector.
Su mujer explicaba que la víctima vivía en La Carucieña, muy lejos de donde fue hallado muerto. No se precisó con exactitud cómo le dispararon al joven quien quedó tendido en una acera con sus zapatos marrones, jeans azul, franela blanca llena de sangre y su gorra al lado de su rostro.
Familiares de Deivis llegaron al sitio del hecho y para ver si era verdad lo que le habían dicho, porque no lo podían creer. Al verlo rompieron en llanto. Emily, expresó con la voz entrecortada y lágrimas en sus ojos que Deivis realizaba un curso para aspirar a un puesto en la Policía del Estado Lara.
“Él no tenía enemigos ni nada. Era un muchacho tranquilo y estaba buscando trabajo para ser policía”, indicó la joven mientras que veía el cuerpo de su pareja en el piso y decía que no lo podía creer. La víctima vivía en concubinato con Emily en la avenida 2, sector 3 de La Carucieña, donde tenía su hogar y el día de hoy su hijito está cumpliendo un año de edad, quedando huérfano. Deivis tenía 2 hermanos, uno de ellos es funcionario de la Guardia Nacional y se encontraba en el sitio destrozado por la muerte de su hermano. Sentado en la acera Erick lloraba por la pérdida de su ser querido y al otro lado se encontraba su abuela y familiares abrazados al saber que Deivis no estaría más con ellos.