Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.-& ;Prófugos de la justicia. Más del 60 por ciento de los crímenes ocurridos en el estado Lara no tienen responsables tras las rejas y los familiares de las víctimas esperan por la justicia Divina.
En el año 2022 se han registrado 29 muertes violentas, de esa cifra 27 fueron en manos de criminales y en la que figuran como víctimas tanto adultos como jóvenes. LA PRENSA pudo conocer que en algunos de los casos, funcionarios del Cicpc adscritos al Eje de Homicidios han logrado identificar plenamente a los homicidas, pero una vez van tras ellos no los encuentran en sus viviendas, pues huyen sin dejar rastros.
Según las cifras que a diario lleva LA PRENSA y lo publicado por el director del Cicpc, Douglas Rico, en el estado Lara solo se han esclarecido y detenido a responsables de seis homicidios, mientras que en tres de los casos hay homicidas identificados, más no detenidos.
Como es el caso de Josefa Coromoto Adames, de 71 años de edad, quien fue asfixiada mientras robaban en su residencia, ubicada en Santa Isabel, al oeste de Barquisimeto. Por este caso existe una orden de captura en contra de Jhonger José Díaz Hernández por ser el presunto homicida, sin embargo, familiares aseguraron que no hay celeridad en el caso y que el Cicpc no ha dado respuestas.
«El homicida no está fuera del país como lo hacen entender las autoridades. Queremos que sea atrapado él junto a su cómplice y que paguen por lo que hicieron», sostuvo el familiar de Adames.
Pero el crimen de Adames no es el único que ha quedado sin resolver. Carlos Alberto Torres Piña, de 27 años y Carlos Leonel Posada, de 24 años, fueron asesinados la madrugada del domingo 20 de marzo después de salir de una fiesta en el barrio Primero de Mayo de Quíbor. Sus cuerpos fueron abandonados en la carretera de Yogore, un caserío situado a 20 kilómetros de distancia, pero del municipio Morán.
Los dos jóvenes desaparecieron el sábado 19 de marzo entre las 8:00 y 9:00 de la noche del Barrio Primero de Mayo de Quíbor, en el estado Lara. Los jóvenes se ausentaron de una fiesta para ir a comprar perros calientes a tres cuadras de la casa de sus amigos, pero no regresaron.
Los cuerpos de Torres y Posada presentaron disparos en la cabeza y hasta la fecha no hay información de detenidos por este doble homicidio.
Otro caso en el que los familiares y amigos piden justicia es el de Andrés Gil (40), conocido cariñosamente como «Cheme». En marzo protestaron en la plaza de Guarico, pues ellos aseguran que en el crimen, presuntamente, hay cuatro implicados, pero que los funcionarios del Cicpc solo señalan a dos funcionarios de la PNB y solo uno está detenido.
El 13 de febrero hallaron el cadáver de «Cheme» en la represa Dos Cerritos de El Tocuyo, luego de estar desaparecido por días.
Familiares de las víctimas claman justicia y piden que no haya impunidad en los casos, como ha ocurrido en años anteriores.
«De la justicia Divina nadie se salva», sostuvo un familiar.
Le meten lupa a los crímenes
Fuentes del Cicpc aseguran que en todos los casos de homicidios le han metido lupa y se encuentran tras las investigaciones, pero alegan que muchos de los criminales huyen del país antes de ellos obtener una orden de captura para poder proceder a detenerlos.
En redes sociales, el comisario Douglas Rico y la cuenta de Instagram del Cicpc-Lara han publicado las vías de comunicación: @DouglasRicoVzla, @PrensaCicpc , 0800–Cicpc– 24 y (0412) 6303627, para recibir información sobre el paradero de homicidas, entre esos el caso de la señora Adames.
Uno de los crímenes que se convirtió en un «cangrejo» fue el de las dos mujeres asesinadas en Palavecino y que luego de dos meses lograron detener a un implicado.