domingo, 24 noviembre 2024
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Identifican al tercer cadáver putrefacto

Edy Pérez | LA PRENSA.– Se niegan a aceptarlo. Los familiares de Roger Manuel Puerta Pavón (24) insistían en negarse que el tercer cadáver ha­llado en estado de putre­facción la tarde del mar­tes en la vía Buena Vista, era el de Roger. Pero la odontología forense no se equivoca y ayer los hombres del Cicpc le die­ron la orden de entrega del cadáver a sus familia­res porque están seguros de que es Roger.

La víctima salió de su casa en el barrio San Francisco, al oeste de Barquisimeto, el martes seis de septiembre, decla­ran fuentes policiales. Le dijo a su madre que haría una carrera a bordo de su Taxi, un Chevrolet Cele­brity Mercury, se fue y desde entonces no volvie­ron a saber más de él.

Siete días después, el martes, encontraron los tres cadáveres en la curva el “Muertico Loco” de la vía Buena Vista. Estaban los tres dentro de un duc­to de agua fluvial. Se trata de Oswaldo José Romero Rodríguez (52) alias el “Elefante”, Erika María Escalona Sánchez (37) y Roger.

Por fuentes familiares se supo que el taxi de Ro­ger lo encontraron aban­donado en Cabudare. También se atrevieron a asegurar que Roger no conocía ni a Erika ni a “E­lefante”. “Era un muchacho tra­bajador y familiar. Toda nuestra familia es unida y somos personas decen­tes”, declara un tío de Ro­ger que prefiere no dar su nombre.

La mañana de ayer esta­ba el cadáver de Roger dentro de una urna. Lo tenían en la morguecita que está en un área abier­ta del cementerio Nuevo, al oeste de Barquisimeto.

A las 3:00 de la tarde se llevaron el cadáver para velarlo y darle cristiana sepultura.

Con registros

El “Elefante” tenía re­gistros penales por el de­lito de robo agravado y hurto de vehículo del año 2010. Mientras que Erika fue a juicio por distribu­
ción de drogas, pero la absolvieron por falta de pruebas.

Erika y “Elefante” eran compadres y se la pasa­ban juntos. El hombre era de Tarabana, en Cbu­dare mientras que la mu­jer residía en Las Casitas, al norte de Barquisimeto. La mujer tenía un nego­cio de reparación de celu­lares por el Cosmos, en el centro de Barquisime­to y la vieron por última vez cuando fue a com­prar un repuesto para su camioneta Explorer.

El hombre deja un hijo huérfano que era ahijado de Erika. La mujer no tu­vo hijos porque le gusta­ban las personas de su mismo sexo. Durante
unos años Erika compra­ba y vendía carros, pero dejó ese negocio.

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