Jennifer Orozco | LA PRENSA.- De espanto y brinco fue el hallazgo de un septuagenario en la casa que recién habita. Tratando de mejorar el pozo séptico de la vivienda encontró un cadáver enterrado en el patio de la casa ubicada en Colinas de Pavia, diagonal al restaurante Mai-Pai.
El septuagenario, a pesar de no querer revelar su nombre, contó que en esa casa vivía un muchacho gandolero, quien estaba buscando una casa más grande para guardar sus vehículos pesados y hace tres meses cambiaron de vivienda y es por eso que él se fue a vivir a casa del gandolero y la otra persona a la casa del anciano en el mismo sector.
El abuelo narra que desde que llegó a la casa tenía problemas con el baño, pues estaba obstruido. Así que decidió buscar un obrero para hacer un nuevo pozo séptico.
El obrero tenía apenas una semana trabajando, abriendo un hueco donde estaba el baño viejo para ver por qué estaba tapado. Cuando ya llevaba unos cuatro metros excavados vio “pelos” llenos de tierra.
“Al principio pensamos que era un chivo, pero al seguir echando pala vimos un cráneo y los huesos”, dijo el septuagenario.
El obrero salió despavorido de la casa, mientras que el abuelo temblaba de miedo. Hasta las 9:00 de la noche ni Policía y Cicpc habían llegado al sitio.