Gabriela Domínguez | LA PRENSA. Un grupo de chamos pasaba un domingo tranquilo jugando debajo del puente Macuto. Pero de pronto se volvió una pesadilla, cuando al destapar una bolsa blanca que estaba a orilla del Río Turbio se consiguen un feto. La bolsa destapada aún conservaba la ropa de la mujer que lo trajo al mundo. El débil cuerpecito estaba enrollado con una licra negra, un centro de cama lleno de adhesivo y una bolsa blanca, como para no ser descubierto, sin embargo la curiosidad de los lugareños puso más que este envoltorio. El embrión estaba totalmente formado, lo dejaron cerca del monte y a orilla del río. Se presume que tenía unos siete meses. El embrión estaba en posición fetal, todo su cuerpo estaba bien desarrollado, se le podían ver sus orejas, nariz y ojos. Su cabecita ya tenía cabello, era de color negro y sus manos y pies estaban enteritos. Al rededor del cuello tenía el cordón umbilical. Por su posición no se observaba el sexo, sin embargo sobresalía unas pequeñas bolsas de la entrepierna, por lo que podría tratarse que era un varoncito. Cuando los chamos destaparon aquello, fue inevitable llorar, “a mi se me salieron las lágrimas, mi mamá no lo podía creer”, dijo Pedro Guédez, quien fue uno de los que vio la bolsa y les llamó la atención. A pesar que por esa zona circulan muchos indigentes y ocurren asesinatos, nunca en la historia habían presenciado un hallazgo “tan inhumano y cruel”, dijo. El señor Daniel Peña, quien también estaba consternado aseguró que la mujer que hizo esto “es un alma sin corazón, despiadada y mala”. Al lugar se acercaron curiosos y de inmediato llegaron efectivos de la seguridad para levantar el feto, el cual es el primer hallazgo en este año.
Feo hallazgo
No te pierdas
La NASA muestra como ha aumentado la temperatura en el mundo
La NASA ha publicado un mapa donde muestran gráficas del calor excepcional e inesperado de los años 2023 y 2024. En septiembre del año...