Luis Montes de Oca | LA PRENSA.- Fue testigo de un homicidio hace siete años y, al parecer, los asesinos lo buscaron por años hasta lograr silenciarlo. Johán Pastor Yépez Agüero (25) fue asesinado ayer a eso de las 12:00 del mediodía cuando se encontraba trabajando en la carrera 17 entre calles 43 y 44 de Barquisimeto.
Agüero se encontraba en el lugar pegándole un papel ahumado a un vidrio de una camioneta color negra, cuando dos tipos armados cuyas características se desconocen llegaron y lo interceptaron. Uno de ellos lo agarró por la camisa y le propinó seis disparos a quemarropa.
Los tiros los recibió en la cabeza, en la región intercostal izquierda, en la oreja y en la zona lumbar. Según versión de los familiares, hace siete años el chamo había presenciado un homicidio por parte de unos hombres en el barrio La Apostoleña. Al parecer, los tipos le habían jurado la muerte a Agüero desde ese momento.
Según su esposa, en varias oportunidades había recibido amenazas. “Nosotros durante mucho tiempo nos tuvimos que ir de donde vivíamos por temor a esas amenazas”, dijo su mujer.
La misma esposa confesó que los hombres decían que Agüero pertenecía a la banda de los hombres asesinados en ese entonces; sin embargo, ella lo desmintió.
Al lugar del hecho llegó una comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), quienes hicieron el levantamiento del cuerpo.
Se conoció que Agüero se desempeñaba como instalador de papel ahumado en el lugar donde fue asesinado y donde también residía, según versión de los familiares nunca había tenido problemas con nadie. “A él no le gustaba salir a la calle en busca de rumbas, él era feliz jugando Play Station en el cuarto”, narró su pareja.