El sonido de varias detonaciones e inmediatamente los gritos a pocos metros de la casa, se escucharon como si hubiese sido en el porche. Fue el momento de pánico vivido por familiares del adolescente que recibió dos heridas por arma de fuego durante la tarde del sábado y se encuentra recluido en la Emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda.
Así contó la hermana de la víctima, de 17 años de edad, al momento de su ingreso al principal centro asistencial, siendo atendido de inmediato por el personal médico y confirmando el diagnóstico de una herida en el hombro derecho y otra que perforó el muslo de la pierna derecha.
Precisó que el hecho fue tan confuso y sucedió a las 3:00 p.m. de este sábado en el paseo Simón Rodríguez adyacente al barrio Las Tinajitas, al oeste de Barquisimeto. La tarde transcurría con tranquilidad, mientras estaban al tanto que el joven se encontraba muy cerca de su residencia compartiendo con otros allegados. Nunca llegaron a pensar que al poco tiempo estarían presos del miedo y en incertidumbre por la vida de la víctima.
Este familiar no especificó las razones del ingreso en horas de la noche al principal centro asistencial. Tampoco se conoció si había sido atendido en otro centro de salud más cercano a su residencia ni los posibles motivos que conllevaron a esta agresión tan violenta, que casi le cuesta la vida. Sólo que su hermano tenía rato afuera, al frente de su casa y tras las detonaciones, enseguida se escucharon los gritos de desesperación pidiendo ayuda.
Vecinos salieron a ayudar al adolescente
Los vecinos también salieron a tratar de ayudar, quienes no salían del asombro, porque en esos segundos del estruendo por los disparos la comunidad se paralizó y tanto por curiosidad como la necesidad de servir de socorro, los llevó a conocer que se trataba de este adolescente.
El joven siempre se mantuvo consciente, pero tampoco precisó si logró identificar al responsable ni los pormenores para saber si huyó corriendo o se trasladaba en algún vehículo. Además de los motivos que casi le cuesta la vida, bien sea por una discusión o de vieja data por una venganza.
Familiares esperan por su pronta recuperación, atentos para realizarle los exámenes y elevando las oraciones a Dios, para que no sufra riesgos por secuelas del daño ocasionado por ambas heridas. También desean que el responsable sea identificado, para el debido proceso judicial.