LA PRENSA.- En muchos países hay un porcentaje notablemente menor de mujeres en el sector tecnológico, pero este no es el caso de Rusia. La razón está en su educación.
Pese a haberse incrementado en los últimos años, la presencia de las mujeres en el sector tecnológico todavía escasea. Tan sólo un 18% de titulaciones universitarias informáticas pertenecen a mujeres: de la misma manera, un escaso 26% de trabajos tecnológicos son desempeñados por mujeres. Y lo que resulta aún más alarmante, sólo el 4,6% de las empresas de este área están lideradas por ellas.
¿Pero, significa esto que la tecnología es cosa de hombres? Evidentemente no. Acorde con un estudio de Girls Who Code, un 74% de niñas manifiesta su interés en la ciencia tecnológica desde una temprana edad, pero parece que algo les desvía del camino a medida que crecen.
Este no es el caso en Rusia, donde la presencia de mujeres en tecnología dista bastante de los deprimentes datos mencionados anteriormente. Según la UNESCO, un 41% de personas que trabajan en investigación científica son mujeres, frente al 29% mundial.
Así, en Rusia un 15% de inventores son mujeres, una cifra que, pese a no ser muy elevada, triplica el 4% en países como Reino Unido.
La principal razón de este contraste está en la educación que reciben. Según las estadísticas, en otros países el interés de las niñas en la tecnología comienza a descender a partir de los 15 años, pero no porque no les resulte interesante, sino porque no se les inculca la relevancia que tiene.
Según investigaciones, las jóvenes provenientes de otros países conciben la tecnología más como un juego; no obstante, en Rusia hasta las más pequeñas estaban especialmente centradas en que sus oportunidades laborales en el futuro probablemente estén en el mundo tecnológico.
Así, también juegan un importante papel las familias, que motivan a sus hijas a permanecer interesadas en este área. Igualmente, las niñas toman como modelo a seguir numerosas mujeres exitosas en la tecnología. Es más, el número de profesorado femenino en asignaturas tecnológicas supera al masculino, por lo que en su día a día observan e interiorizan que, efectivamente, la tecnología definitivamente no sólo es cosa de hombres.